¿Cómo funciona el semáforo de las inversiones?

Cada vez que vemos un producto bancario aparece un número bien visible del 1 al 6, ese número determina el riesgo del producto, siendo el 1 el más bajo y el 6 el de mayor riesgo, es el semáforo de inversiones.

Tres meses después de su anuncio en el Boletín Oficial del Estado (BOE), entró en vigor el semáforo de riesgos sobre productos financieros anunciado por el Ministerio de Economía, que trata de evaluar las inversiones en función del riesgo de un producto, además de su complejidad y liquidez. 

La normativa obliga a las entidades financieras a clasificar a través de este nuevo sistema a algunos instrumentos de inversión tan habituales entre los ahorradores minoristas como las acciones, los depósitos a plazo, la renta fija corporativa y los seguros de vida cuya finalidad sea el ahorro.

Por su parte, quedan excluidos de esta normativa los fondos de inversión, los ETF, los depósitos estructurados (los cuales tienen su propio sistema de evaluación), y la deuda pública tanto de España como del resto de países de la Eurozona.

¿Cómo funciona el semáforo?

Con esta nueva normativa, existen seis indicadores de riesgo con un código de colores que imita al de los semáforos.

Desde el primero, que indica un riesgo menor, hasta el sexto, que indica el mayor nivel de riesgo para un inversor. 

• El primer nivel, en verde oscuro, corresponde con aquellos productos financieros que presentan un riesgo menor, tales como los depósitos a plazo fijo o los planes de previsión asegurados.
• El segundo nivel, en verde más claro, se corresponde con un segundo nivel de riesgo, que engloba productos que garantizan la devolución del 100% de nuestro capital en un horizonte de tiempo de tres años, siempre y cuando el inversor tenga un ráting de Investment Grade.
• En el tercer nivel pasamos al color amarillo, lo que indica que debemos ser algo prudentes a la hora de invertir en ese producto. Se trata de aquellos que garantizan la devolución del capital en un plazo de tres a cinco años, lo que indica que su liquidez es menor que los anteriores.
• El cuarto nivel, en color ámbar, reúne a todos aquellos productos con un riesgo mayor que el anterior y una liquidez menor, ya que garantiza la devolución del 100% de nuestro capital en un horizonte de entre cinco y diez años.
• El quinto nivel, ya entrando en el color rojo, se corresponde con aquellos productos con un horizonte de devolución del 100% de nuestro capital a diez años, o el 90% de nuestro capital.
• El sexto y último nivel, en color rojo más intenso, es el que se corresponde con aquellos productos que presentan un mayor riesgo, se corresponde con productos de renta variable, tales como las acciones, las cédulas o la renta fija corporativa que, además, puede ser difícil de entender para un inversor con poca experiencia.

Con este sistema, además, se deberá alertar al inversor no solo sobre los niveles de riesgo, sino también sobre los riesgos de liquidez, con uno o dos símbolos de candado en función de cuáles sean sus riesgos.

En los productos garantizados, por ejemplo, el sistema alertará de que el capital solo se puede recuperar a vencimiento y que, en caso de hacerlo con anterioridad, el inversor puede sufrir algún tipo de penalización.

Además, el sistema advertirá de los posibles riesgos que tiene un producto por negociarse fuera de un mercado secundario organizado y de la complejidad del producto, señalando si procede con un signo de exclamación que el producto no es sencillo y puede ser difícil de comprender.

¿Quién tiene que publicar estas indicaciones?

Las obligaciones de información contenidas en la orden ministerial afectan a servicios de inversión, entidades de crédito, establecimientos financieros de crédito, aseguradoras y gestoras de fondos de pensiones.

El régimen sancionador que será de aplicación en estos casos será de acuerdo a la normativa en materia de transparencia del sector aplicado, bien sea de entidades de crédito, empresas de servicios de inversión y aseguradoras.

De hecho, el propio Ministerio de Economía ya ha anunciado que podría entrar de oficio o después de eventuales denuncias por parte de alguno de los pequeños inversores afectados, que se deriva de un proyecto de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, sometida a consulta hace más de un año.

Así pues, las entidades comercializadoras de alguno de estos productos deberán incluir en todas las comunicaciones publicitarias que tengan productos afectados por esta reforma un indicador de riesgo identificado con una gama de color en el que se indique si está o no garantizado y el plazo para devolver este capital, entre otros.

En definitiva, el indicador que utiliza el sistema de semáforos es un nuevo mecanismo que ya deberíamos ver en nuestras sucursales bancarias cuyo objetivo es permitirnos identificar de un vistazo rápido si el producto se adecúa a nuestro perfil de riesgo y liquidez, fundamentalmente, para tomar una decisión rápida y sencilla sobre si podemos o debemos invertir nuestros capitales en él.

Este sistema permite a todo el mundo identificar el riesgo, en España tenemos múltiples ejemplos de productos que parecían una cosa pero eran otra como las preferentes, Valores Santander y swaps que se vendían en muchos casos con una información confusa.

Con este semáforo se complica la posibilidad de vender un producto como si fuese de riesgo 1 pero en realidad es de riesgo 6, ya que debe aparecer la calificación bien visible.