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Prácticamente todos los bancos ofrecen a sus clientes algún tipo de tarjeta prepago. Este tipo de tarjetas son tarjetas de débito (incluso de crédito) que funcionan de manera independiente de las cuentas corrientes.
Las tarjetas se recargan por el importe que el cliente quiera y puede usarla hasta dicho importe. Una vez que no queda saldo con esa tarjeta no se pueden realizar compras ni retirar dinero.
Su éxito radica en que son aptas para hacer un regalo, para hacer compras de manera 100% segura en Internet o para que los adolescentes tengan tarjeta pero controlando el gasto y el saldo.
La proliferación de este tipo de tarjetas ha hecho que los bancos especialicen mucho su formato, así hay varios tipos muy diferentes entre ellas:
Aunque raras, existe algunas entidades bancarias que ofrecen tarjetas de crédito prepago, que actúan como las de débito sin crédito pero con funciones de las de crédito a todos los demás efectos, como compras en lugares donde solo se acepten tarjetas de crédito, sean por ejemplo algunos cruceros, hoteles o alquileres de coche.
Por ejemplo, la tarjeta de crédito prepago Viabuy Mastercard actúa así y además es independiente de nuestra situación económica, con lo que no se cruza con datos de ASNEF y similares.
Es un tipo de tarjeta pensada exclusivamente para hacer compras online y su funcionamiento es muy sencillo.
El cliente que va a hacer una compra a través de Internet recarga por el saldo que necesita y realiza la compra. Al terminar la compra la tarjeta vuelve a tener saldo 0,00 €. De esta forma se evita el uso fraudulento, ya que si alguien intenta usar nuestro número de tarjeta no podrá hacerlo porque no tiene saldo.
Casi todos los bancos ofrecen este tipo de tarjetas, como ejemplo puede verse la tarjeta eCash del Banco Santander.
En este caso es una tarjeta de débito a nombre de un menor de edad, pero al ser prepago el menor sólo dispone del saldo que sus padres han recargado. Además el extracto de la tarjeta llega a sus progenitores.
Esta tarjeta cubre las necesidades de los adolescentes para poder salir sin necesidad de llevar dinero encima pero con un gran control parental, ya que son los padres los que deciden de cuánto dinero dispone y los que controlan los pagos.
Este tipo de tarjeta es válida para menores de 14 a 18 años. Como ejemplo puede verse la tarjeta Visa Flash de La Caixa.
Son tarjetas en las que no figura un titular. Se suelen utilizar para hacer regalos, por ejemplo en una boda. La persona que hace el regalo elige el saldo que regala. La persona que recibe el regalo puede gastar el saldo en cualquier establecimiento, incluso algunos bancos facilitan un PIN por si prefieren retirar el efectivo en un cajero.
Se usan también como incentivo o regalos de empresa. Un ejemplo puede ser al tarjeta Opari de KutxaBank.
Son iguales que las tarjetas regalo, es decir anónimas, pero en este caso no se permite retirar dinero en cajeros. Con ellas se puede pagar en comercios pero nunca retirar efectivo.
Este tipo de tarjetas los usan las empresas para recargarlas y entregarlas a los empleados que tienen que hacer gastos a nombre de la empresa como comprar billetes de avión, repostar o pagar en un restaurante. De esta manera la empresa no tiene que entregar dinero en efectivo para este tipo de gastos o dietas.
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