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Comprar una vivienda es una de las decisiones más importantes de nuestras vidas, y antes de lanzarnos a una compra debemos tener en cuenta tanto nuestra situación actual como las diferentes posibilidades que pueden ocurrir en el futuro, ya que generalmente nuestra casa la pagaremos a lo largo de 20, 25 ó 30 años.
Si eres muy afortunado y tienes el dinero para comprar una vivienda sin necesidad de pedir dinero prestado los errores que puedes cometer se reducen, ya que todos los relativos al pago con hipoteca desaparecen, pero comprar sin hipoteca no es lo habitual.
La mayoría de las veces que una persona compra una casa lo habitual es que sea la primera vez que lo hacen, y por tanto no tienen experiencia.
Buscaremos una casa que nos guste y que se adapte a las circunstancias que tenemos en la actualidad, y por último buscaremos financiación.
Si conseguimos la financiación nos lanzaremos a la compra sin pensar ya mucho más.
Para evitar problemas futuros, es importante no cometer errores porque la compra de nuestra casa condicionará nuestro futuro.
Repasamos los 10 errores más importantes que debes evitar al comprar una vivienda.
A la hora de pedir una hipoteca debemos plantearnos no hacerlo si tenemos otras deudas que estamos pagando como préstamos personales, tarjetas de crédito o deudas con familiares.
Si tenemos otras deudas el firmar una hipoteca puede que acabe destrozando nuestras finanzas personales.
Si tenemos deudas lo ideal será en primer lugar liquidar esas deudas, y cuando ya estén liquidadas firmar una hipoteca.
Si tenemos otros préstamos es ya un síntoma de que tenemos poca capacidad de ahorro y que nuestras finanzas personales van justas, por eso hipotecarse si tenemos deudas puede acarrear problemas que no teníamos previstos.
Incluso aunque podamos hacer frente a esos otros préstamos y a la hipoteca, seguramente será con un gran esfuerzo y si llega un imprevisto no podremos hacer frente a ese hipotético gasto extra.
A la hora de comprar una casa es habitual que los compradores tengan claro que deben pagar una parte de la casa con ahorros, generalmente el 20% del precio, pero olvidan los gastos asociados a la compra venta.
Esos gastos suelen ser de alrededor de un 10%, aunque pueden legar hasta el 15%.
Antes de lanzarse a comprar y a hipotecarse hay que informarse bien de los gastos, y tener claros todos y cada uno de ellos.
Una mala previsión por calcular a ojo un 10%, si termina siendo un 13% es una diferencia muy grande (en una casa de 200.000 € es una diferencia de 6.000 €), y esa mala previsión puede dejarnos en una situación económica delicada.
Cuando compras una casa desde ese mismo momento tendrás que afrontar una serie de gastos de forma recurrente.
No se trata de hacer números para poder pagar la cuota mensual de la hipoteca, ya que en el momento que firmas la compra tendrás una gran cantidad de gastos como el seguro de hogar, el seguro de vida vinculado a la hipoteca, el IBI de cada año, impuesto de basuras, gastos de comunidad, reparaciones, derramas, etc.
Esos son gastos que a lo largo del año pueden suponer un gran desembolso si eres propietario, debes tenerlos en cuenta y hacer números para calcular si puedes afrontarlos.
Otro error común es preguntar por la hipoteca en nuestro banco habitual, y si están dispuestos a concedérnosla ya no buscamos ni comparamos.
Una hipoteca es algo con lo que tendrás que convivir por una larga cantidad de años, por eso una mala hipoteca puede ser un problema que te atormente durante muchísimo tiempo.
Podemos poner un montón de ejemplos de malas hipotecas como aquellas en multidivisa, las referenciadas a IRPH, o incluso algunas con suelos abusivos.
Sin ser drásticos, un buen tipo de interés puede suponer asumir unas obligaciones elevadas que no quieres o no puedes cumplir.
A veces se exige utilizar tarjetas de crédito, contratar planes de pensiones, seguros de protección de pagos u otras obligaciones que si no cumples te disparan la cuota mensual.
Importante comparar el tipo de interés, ya que una pequeña diferencia a lo largo de 30 años puede suponer una cantidad de miles de euros.
El error más común es el sobreendeudamiento.
Es habitual que al mismo tiempo que una persona pide una hipoteca pida un préstamo personal o se financie con alguna tarjeta de crédito para hacer frente a los gastos iniciales, ya sea para cubrir gastos de la compra o para acondicionar la casa (pintura, muebles, etc.).
Esos préstamos tienen unos intereses mucho más elevados que la propia hipoteca y por tanto una cuota mensual alta que hay que sumar a la de la propia hipoteca.
Si pedimos un préstamo es porque tenemos la cuenta corriente sin dinero, y si encima nos sobre endeudamos estamos preparando una tormenta perfecta.
Un error imperdonable es comprar una casa fijándose solamente en la estética. Se trata de comprar una vivienda en la que podamos vivir muchos años, incluso toda una vida, y debe tener lo necesario y estar en condiciones.
Debemos pensar en lo que necesitaremos de la casa para vivir largo tiempo allí. Cosas como el número de habitaciones, número de baños, si necesitamos una zona de trabajo, tipo de cocina según nuestras necesidades, etc.
De nada sirve comprar una casa que han decorado para que nos entre por la vista si tiene problemas de goteras. Tampoco servirá un precioso y carísimo loft si queremos formar una familia a medio plazo.
La estética es algo que podemos lograr después de la compra realizando los cambios que necesitemos, pero una mala vivienda tendrá difícil arreglo.
En el momento de comprar una casa solemos pensar en nuestras circunstancias de hoy y si podremos pagar la cuota a día de hoy. El problema es que a lo largo de los años nuestras circunstancias van cambiando y debemos tener previsto esos posibles cambios.
Hay cosas evidentes, si por ejemplo queremos formar una familia la vivienda deberá tener las habitaciones suficientes, aunque a día de hoy no tengamos hijos.
El mismo ejemplo de los hijos sirve para el tema económico, a lo mejor hacemos cuentas y podemos pagar las cuotas, pero si tenemos hijos eso supondrá un gasto extra y a lo mejor ya no podemos pagar tan fácilmente esa hipoteca.
Hay que pensar en si podremos sostener la vivienda en caso de divorcios, en caso de problemas laborales o crisis, en caso de subida de tipos de interés y cualquier otra circunstancia que entre dentro de lo probable.
Es muy importante conocer el valor real de mercado de la vivienda que queremos comprar.
Hay varias fuentes que se pueden consultar para conocer el precio en un barrio concreto de la vivienda como el Ministerio de Fomento o el INE, pero siempre podemos investigar por inmobiliarias de la zona o en portales especializados como Idealista.
El conocer el valor de mercado nos sirve para no pagar por encima del precio, por muy bonita que vendan la casa, para negociar el precio, pero especialmente para saber el precio real aproximado al que podríamos revender en caso necesario.
En este punto hay que destacar que muchos piensan que el precio de la vivienda siempre sube, pero como hemos comprobado en crisis recientes eso es totalmente falso. Si el precio baja la reventa será casi imposible si tenemos una hipoteca elevada.
Antes de lanzarse a la compra es recomendable definir un presupuesto del precio máximo que podemos pagar.
Es imprescindible no pasarse de ese presupuesto, y si encontramos un piso que nos gusta y supera el presupuesto habrá que negociar para poder llegar al precio que podemos pagar, si el vendedor percibe que no vamos a pasarnos del presupuesto es probable que esté abierto a negociar, y en caso contrario toca seguir buscando.
En este punto la recomendación principal es no tener prisa y tener paciencia para seguir buscando hasta encontrar lo que queremos.
Ten en cuenta que se trata de una compra para toda la vida y si tardamos unos meses en conjuntar el tipo de vivienda que buscamos con el precio máximo que estamos dispuestos a pagar habrá merecido la pena.
Hemos aprendido de crisis anteriores que comprar pensando en especular puede lapidar tus ahorros de toda la vida, y puedes verte atrapado con una vivienda que no quieres, que no te sirve para tus circunstancias y que no puedes vender.
Si estás pensando comprar una casa pequeña por 150.000 € y dentro de 3 años, cuando tengas hijos, venderla por 180.000 €, y pensar que entonces las cosas te irán mejor y entre lo que ganas con la venta y que la vida te va a ir mejor te vas a cambiar a una casa de 250.000 € estás cometiendo un error gravísimo.
En la crisis anterior vimos gente hipotecarse por 250.000 €, y su casa después valía 150.000 € y no podían venderla porque no cubrían su deuda hipotecaria, y encima su trabajo lo habían perdido o ganaban menos dinero.
Esa especulación arruinó a miles de familias y las dejó atrapadas en viviendas que no les eran útiles.
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