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Es oportuno que te informes adecuadamente de las características de los bancos en Reino Unido, si estás pensando en trasladarte a vivir y trabajar en dicho país.
A lo largo de este artículo descubrirás que, pese a que mucha operativa bancaria es semejante, también hay unas notables diferencias con los bancos españoles.
Ésta no es una característica exclusiva de los bancos en Reino Unido, sino de todas las entidades bancarias del mundo. Sin embargo, debido a la habitual confusión hemos considerado oportuno mencionarlo aquí y en el primer lugar de la lista de características.
Las diferencias legislativas en el ámbito de regulación financiera y fiscal hacen imposible que los bancos operen en las mismas condiciones en más de un país. Por ese motivo, debes tener presente que aunque tengas una cuenta española en un banco que también tenga sucursales en Reino Unido (como por ejemplo, Santander y Barclays), dicha cuenta no será operativa en aquel país.
Es decir, tendrás que hacer frente al pago de comisiones por operativa internacional, por cambio de divisa, transferencias internacionales, etc.
Es cierto que, en el caso de la Unión Europea, algunos bancos han comenzado a eliminar las comisiones por realizar transferencias dentro del ámbito comunitario.
Sin embargo, la retirada de dinero en el extranjero, la domiciliación de recibos provenientes de otros países y el depósito de divisas (como la libra) siguen suponiendo el cargo de comisiones.
En definitiva, tu cuenta española en el Banco Santander o cualquier otra entidad con presencia conjunta en Reino Unido y España no te servirá de nada. Es más, cuando quieras firmar un contrato de trabajo o domiciliar los recibos, ten por seguro que se te solicitará una cuenta bancaria británica.
Por una cuestión práctica, si abres una cuenta bancaria en Reino Unido lo más aconsejable es que te dirijas a las sucursales de aquellas entidades que cuentan con una mayor implantación.
En ese sentido, los principales bancos que operan en el país son Barclays, HSBC, Lloyds, TSB, Royal Bank of Scotland (RBS), Natwest y Santander UK. Existen, por supuesto, más entidades con presencia en Reino Unido. No obstante, no deberías tener problema en encontrar sucursales de los bancos mencionados en prácticamente cualquier esquina del barrio donde estés viviendo.
Los documentos a presentar son prácticamente los mismos que en España. La documentación puede variar según los casos, no obstante, por lo general suele implicar el pasaporte, una prueba de residencia (proof of address), el número de seguridad social británico (National Insurance Number) e incluso un contrato de trabajo. Este último requisito es bastante frecuente entre los extranjeros.
En una pequeña selección de bancos como el Barclays, Lloyds, HSBC, etc. es posible la apertura de una cuenta el mismo día que nos presentamos en una de sus sucursales.
Sin embargo, en el resto de entidades bancarias puede ser necesario concertar una cita a la que deberemos llevar la documentación que se nos haya solicitado e incluso, rellenar determinados formularios concernientes al plazo que tenemos previsto permanecer en el país, el propósito de nuestra estancia o nuestra situación financiera.
Quizá una de las grandes diferencias respecto a los bancos españoles es que las entidades bancarias de Reino Unido no cobran comisión alguna por un gran número de operaciones que en España sí suelen acarrear algún coste.
Entre las operaciones que están exentas de comisiones figuran la apertura y mantenimiento de la cuenta, la emisión o renovación de la tarjeta de débito, las transferencias nacionales o el ingreso de cheques.
Además, como veremos a continuación, se puede retirar dinero de los cajeros automáticos de cualquier entidad bancaria sin tener que hacer frente al pago de comisiones.
Las tarjetas de débito son totalmente gratuitas, es decir, no es necesario el pago de ninguna comisión, ya sea por la emisión, uso o renovación de las mismas. Y tal como indicábamos unas líneas antes, permiten realizar reintegros libres de comisiones en cualquier cajero automático del país.
Por el contrario, las tarjetas de crédito son bastante más difíciles de conseguir.
Se necesita contar con un historial crediticio en el país y suelen requerir el pago de una cuota anual que ronda entre las £15 y las £25. No obstante, en algunos casos, también es posible conseguirlas mediante la domiciliación de la nómina o unos ingresos regulares.
Las principales ventajas que ofrecen suelen ser similares a las de las tarjetas de crédito de las cuentas nómina españolas; es decir, el descuento en determinados gastos pagados con ellas, como la compra de combustible o en grandes superficies, así como el pago a fin de mes o el pago aplazado con el cargo de intereses.
Aunque tengan distintos nombres, la mayor parte de los tipos de cuenta ofrecidos por los bancos británicos son muy semejantes.
Este tipo de cuenta permite la realización de la mayor parte de operaciones habituales, incluyendo transferencias bancarias nacionales, domiciliaciones de recibos y operativa online.
No tienen ningún tipo de coste de mantenimiento ni se cobra comisiones por las operaciones básicas.
La mayor limitación es que la tarjeta que se emite con ellas es la denominada “cash card”, la cual, si bien es gratuita, no permite el pago de nuestras compras en establecimientos ni tampoco por Internet.
Únicamente se puede utilizar para sacar dinero en efectivo de los cajeros del banco.
Permiten la misma operativa que una cuenta corriente española, con la ventaja de que no tienen ningún tipo de coste de mantenimiento y, además, incluyen una tarjeta de débito totalmente funcional que, como hemos dicho anteriormente, es siempre gratuita.
En esta categoría se engloban el conjunto de cuentas que incluyen algún tipo de ventaja o incentivo económico, que puede tratarse bien de una remuneración sobre el efectivo depositado en la cuenta, o bien de seguros de viajes o para el móvil, o incluso descuentos por la compra en determinados establecimientos y gasolineras.
Al igual que en el caso anterior, también incluyen la emisión de una tarjeta de débito gratuita. No obstante, para lograr abrir una cuenta de estas características es necesario realizar ingresos regulares o la domiciliación de la nómina.
Es lo más parecido a las cuentas nómina españolas.
Es bastante frecuente encontrarse con que, junto a la apertura de la cuenta corriente, se nos abra una cuenta de ahorro.
Esto no tiene porqué ser una molestia, dado que este tipo de cuenta tampoco acarrea ningún coste de mantenimiento y además están remuneradas.
Por supuesto, teniendo en cuenta los bajos intereses actuales, lo más habitual es un interés por debajo del 1% aunque, dado que el dinero está plenamente disponible, es una herramienta bancaria extra de bastante utilidad.
Con diferencia, una de las grandes sorpresas que se llevan los españoles afincados en Reino Unido es descubrir que pueden sacar dinero de prácticamente cualquier cajero automático del país con independencia de la entidad a la que pertenezca.
Es más, los cajeros suelen incluir información visible bastante clara al respecto, con la expresión “Free cash withdrawals”, o lo que es lo mismo, “retiradas gratuitas de efectivo”. Hay algunos cajeros dentro de establecimientos -como centros comerciales o pubs- que sí implican algún coste pero, por lo general, los cajeros de las entidades bancarias permiten retiradas de efectivo totalmente libres de comisiones.
Ahora ya cuentas con toda la información necesaria acerca de los bancos en Reino Unido.
Antes de abrir una cuenta en este país, recuerda revisar nuestros artículos sobre la documentación que tienes que presentar y las entidades que ponen más facilidades para abrir una cuenta corriente.
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