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Cada vez es más frecuente la utilización de préstamos personales como sistema de financiación. Y eso es válido tanto para los gastos relativamente importantes de los clientes, financiación de estudios y realización de obras de mantenimiento, como para los más cotidianos y lúdicos, aquellos destinados a sufragar las vacaciones o los destinados al consumo que se solicitan para llegar a fin de mes.
Con los tiempos que corren deberías saber qué comisiones pueden cobrarte en un préstamo personal, para sopesar con calma la decisión y hacer los cálculos pertinentes.
En primer lugar, daremos una definición sobre lo que entendemos como préstamos personales, separándolos de otros productos financieros similares. Por un lado están los minicréditos, que no dejan de ser préstamos personales, pero cuyas características especiales de muy bajo importe y rápida devolución, los sitúa en un grupo aparte.
Y por otro están los préstamos con garantías, las tan conocidas y habituales hipotecas que en términos de tipos de interés, suelen ser las más rentables con diferencia, pero cuyos gastos elevados de constitución las hacen aconsejables solo en casos de grandes importes, como los destinados a la adquisición de una vivienda.
Las comisiones son la seña de identidad de las entidades bancarias y aunque actualmente, muchos bancos intentan ofrecer productos sin comisiones para dar una nueva imagen, todavía representan un coste importante en ciertos productos financieros y en especial en los préstamos personales.
He aquí algunas de las comisiones más habituales:
Es un importe que cobra el banco por la realización de los trámites propios del préstamo. Suele representar un porcentaje del importe solicitado con un mínimo.
Lo primero que hace el banco cuando se le solicita un préstamo es comprobar si el cliente es solvente para poder devolver ese dinero, ese estudio se cobra también en concepto de comisión de estudio y representa un porcentaje sobre el capital de la operación.
Esto no es una comisión propiamente dicha, pero es un gasto repercutido que es necesario tenerlo en cuenta. En ocasiones, el banco obliga a formalizar el contrato ante un notario, lo que puede encarecer notablemente la operación. Así que, para no tener sorpresas, lo mejor es consultar este extremo.
Los anteriormente relacionados son los gastos y comisiones que se originan de forma directa en el momento de la formalización del préstamo personal.
Estos gastos pueden resultar incrementados si el banco impone al cliente la obligación de contratar otros productos con él.
Si durante la vida del préstamo no se satisfacen puntualmente las cuotas correspondientes, estos impagos generarán unos intereses de demora que históricamente han sido muy elevados y que oscilaban entre un 15 y un 20%. No obstante, el Tribunal Supremo ya fijó un límite máximo sobre este tipo de interés, considerando intereses abusivos aquellos que superan en dos puntos porcentuales el interés pactado en el préstamo.
En teoría, si se declara abusiva la cláusula del préstamo en la que se hace referencia a los intereses de demora, esta podrá ser declarada nula, en cuyo caso el banco solo podrá solicitar el interés remuneratorio ordinario. No obstante, los asuntos judiciales siempre tienen muchos recovecos y es más que aconsejable satisfacer las cuotas del préstamo puntualmente.
En ocasiones la devolución anticipada de parte del importe del préstamo o la totalidad del mismo puede originar el cobro de una comisión. Esta comisión es un porcentaje sobre el capital y suele variar entre un 0,50 y un 1% en función del tiempo pendiente hasta la finalización del contrato de préstamo.
Con todas estas comisiones puede resultar difícil de deducir cuál es el coste total del préstamo que hemos solicitado. Afortunadamente este ya está previsto y todas estas comisiones se incluyen en la conocida Tasa Anual Equivalente o TAE que es de obligada divulgación. Quedan fuera de la misma los gastos de los honorarios del notario.
Pese al gran número de comisiones mencionadas, hay algunas entidades que conceden préstamos personales con pocos gastos adicionales e incluso permiten la vinculación de nuestra cuenta habitual sin tener que abrir una nueva y cambiar de banco.
La revisión detallada del contrato te permitirá saber qué comisiones pueden cobrarte en un préstamo personal. Revisa especialmente el TAE de la operación que te dará una idea más real del coste total de la operación y haz un análisis de futuro para asegurarte que podrás devolver las mensualidades sin problemas.
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