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Las comisiones bancarias son una de las principales causas de insatisfacción que tiene el público en general en su relación con las entidades bancarias.
Se trata de cantidades que se cobran por servicios prestados o como repercusión de gastos justificados que dichas entidades tienen que pagar a terceros en la realización de gestiones de sus clientes.
Habitualmente, el usuario medio se encuentra abrumado con estas cantidades que se cobran por infinidad de motivos.
Existen comisiones por mantenimiento de la cuenta, por tener tarjetas de débito o crédito, comisiones por los descubiertos o números rojos que pudieran generarse, por cancelar depósitos anticipadamente, por disponer del dinero a través de cajeros de una red distinta a la nuestra, e incluso por consultar “en exceso” nuestra cuenta por Internet o hacer constar nuestro nombre en ingresos puntuales.
Según la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros de España (ADICAE) el incremento de las comisiones ha ido en aumento en los últimos años, sobre todo las comisiones de mantenimiento de la cuenta corriente y de las tarjetas de crédito, productos ambos que la mayoría de los usuarios tienen contratados. Este incremento les reporta a las entidades bancarias unas cantidades fijas de ingresos que, junto con el resto de comisiones, pueden ascender, según la citada asociación, a más de 500 euros anuales.
A continuación te damos unos consejos que te permitirán controlar mejor la situación, veamos cómo hacerlo:
Quedarse al descubierto en la cuenta corriente puede originar unos intereses superiores al 10% sobre el saldo pendiente, además de una penalización que puede oscilar entre 20 y 39 euros por el propio descubierto.
Hay diversas aplicaciones informáticas que nos permiten tener controlados la mayoría de los recibos que se presentan regularmente al cobro para no tener sorpresas de última hora, pero si no eres de los que les gusta ese tipo de programas, asegúrate de que siempre hay un saldo mínimo para contingencias.
Es muy frecuente disponer de más de una tarjeta de crédito, pero si finalmente sólo usas una mayoritariamente, elimina el resto para no tener gastos innecesarios.
Cada usuario tiene un perfil diferente en base a sus gustos y necesidades y debe seleccionar qué tipo de tarjeta necesita.
Si eres de las personas que prefieren acudir a los cajeros a disponer de dinero porque así te administras mejor, te sale a cuenta cambiar tu tarjeta de crédito por una de débito que tiene comisiones más bajas.
También hay diferencias significativas entre los diversos tipos de tarjeta de crédito, ya que aunque algunas ofrecen mayores prestaciones, sus comisiones también son más altas y pueden llegar hasta los 120 euros anuales.
Evidentemente, cuantas más cuentas bancarias tengas más comisiones bancarias “fijas” tendrás que pagar, ya sea por el mantenimiento de la cuentas o por cuestiones similares.
La concentración de productos y servicios en una entidad bancaria nos situará en mejores condiciones a la hora de negociar la rebaja o la supresión de las comisiones bancarias.
La domiciliación de recibos de suministros como el gas, la luz y el teléfono, así como del ingreso de la nómina o pensión pueden suponer un ahorro importante.
Desde luego, los servicios que puede prestarte el banco son muy diversos y hay que tenerlos todos en cuenta.
No por ahorrar un poco en comisiones bancarias vamos a cambiarnos a un banco que no nos da los servicios que necesitamos, pero actualmente hay entidades online que prestan los mismos servicios sin comisiones y conviene, por tanto, tenerlas en cuenta.
Es cierto que las entidades online tienen una gama de productos más limitada, lo cual puede implicar una menor rentabilización de tus ahorros, pero tienes que estudiar tu caso concreto para ver si puede ajustarse a lo que necesitas.
Es importante ser precavido y conocer exactamente cuál es la red en la que se mueve nuestra entidad para no generar comisiones bancarias innecesarias.
Sacar dinero de un cajero que no pertenezca a la red de tu banco te puede suponer un coste de más de 5 euros, incluso algunos bancos te cobran unos 3 euros por sacar dinero en cajeros de la misma red.
La mejor manera de limitar o prevenir el cobro de comisiones por sacar tu dinero es usar exclusivamente los cajeros de tu propia entidad bancaria.
Cada vez más entidades bancarias están aplicando una comisión fija de unos 3 euros por hacer constar el nombre de la persona que realiza el ingreso cuando ésta no es el titular de la cuenta.
Es decir, si quieres ingresar dinero a un familiar o el importe del alquiler a tu casero, tendrás ese gasto extra que no se te carga si simplemente no consta tu nombre. Muchos usuarios la consideran abusiva ya que es una gestión en la que apenas se invierte unos pocos segundos.
Existe otro tipo de comisión bancaria que se aplica por el número de veces que uno se conecta a la banca por Internet. Sí, parece extraño ya que en esa gestión el equipo que se usa es el del propio usuario, el coste de la comunicación también y supone un considerable ahorro en gastos de gestión para la entidad financiera.
Sin embargo, esta comisión puede sobrepasar los cien euros si se realizan más de un determinado número de conexiones al mes (superior a las cien mensuales), cantidad que se verá incrementada a medida que éstas conexiones aumenten.
Debes tener en cuenta que las sesiones en banca electrónica se desconectan automáticamente cada cierto tiempo, unos quince minutos aproximadamente, por lo que una nueva reconexión implica un paso más hacia la comisión.
Es importante conocer de antemano el importe de las comisiones bancarias, así como el resto de las condiciones de los servicios que solicitas. No obstante, en el caso de sufrir el cargo de una comisión bancaria injustificada es conveniente la realización de la correspondiente reclamación.
Por otra parte, debe destacar que las reclamaciones que son realizadas de forma colectiva tienen mayores probabilidades de conseguir alguna respuesta positiva o resolución a favor de los clientes.
Aprender a controlar las comisiones bancarias y evitar determinadas operativas perjudiciales pueden suponer un gran ahorro a final de año.
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