La tecnología avanza a pasos agigantados y con ella, nuestra relación con las entidades bancarias. La facilidad de acceso a Internet desde múltiples dispositivos, ya sean ordenadores, tablets o teléfonos móviles ha generado un campo perfecto para la
existencia de la banca online en general y de sus cuentas en particular.
Por ese motivo debemos tener en cuenta las diferencias que hay entre las cuentas online y las tradicionales para conocer así todas las posibilidades que este
nuevo marco tecnológico nos ofrece como clientes.
Banca tradicional y nueva banca electrónica
La banca tradicional siempre ha tenido unos estándares de trabajo bastante definidos. Su expansión se basó en la apertura de oficinas y sucursales por todo el territorio nacional.
En tiempos donde el acceso a Internet era muy limitado, ésa era la mejor forma de poder estar lo más cerca posible de los clientes y brindaba además la opción a estos mismos de tener un trato personalizado con los gestores y el personal de oficina.
Sin embargo, el establecimiento de este sistema basado en oficinas tiene varios inconvenientes.
El primero es tener un horario predeterminado de acceso a sus servicios, mayoritariamente de mañanas
y nunca en horarios nocturnos, fiestas y fines de semana.
- El segundo, pero también importante, es el gran costo que tiene para la entidad bancaria, ya sea por alquiler de local o gastos de propiedad, el mantener todos esos locales, así como del gran número de empleados necesarios para cubrir
todos los servicios.
Evidentemente, esos costes son repercutidos sobre los productos que ofrecen, por lo que estas cuentas suelen acarrear comisiones de diversos tipos, que sólo pueden eludirse mediante el cumplimiento de condiciones de vinculación.
La nueva banca electrónica ya no depende de esa gran expansión territorial de oficinas y puede hacer y mantener clientes con un coste mínimo.
El nuevo estilo de “hágalo usted mismo” que caracteriza a los Millenials y nativos digitales ha supuesto que el propio usuario haga gran parte de sus gestiones y consultas a través de la banca a distancia; y realice sus ingresos o retiradas
de efectivo en cajeros automáticos.
Como consecuencia, los bancos pueden permitirse una notable reducción de personal y el abaratamiento de sus servicios.
Este sistema de funcionamiento ha generado para la banca pingües beneficios, pero también los usuarios han sido capaces de beneficiarse de alguno de ellos.
El aumento de operaciones y consultas electrónicas relacionadas con el tema bancario ha tenido un aumento espectacular en los últimos años y todo apunta a que esta tendencia seguirá en aumento.
Ventajas de las cuentas online frente a las cuentas tradicionales
Debido a los aspectos señalados anteriormente, las cuentas online presentan las siguientes ventajas:
Menos comisiones en las propias cuentas
Sin lugar a dudas, la ventaja más apreciada por los consumidores es la posibilidad de tener cuentas de gestión ordinaria libres de las odiadas comisiones. Las cuentas online no suelen tener comisiones de mantenimiento y permiten realizar gratuitamente
operaciones tradicionalmente gravadas con comisiones como por ejemplo las transferencias nacionales o europeas.
Menos comisiones en los productos asociados
Igual ocurre en los productos asociados a las cuentas, como son las tarjetas de crédito o débito. Éstas también suelen
ser gratuitas. No obstante, en otras ocasiones, se exigen vinculaciones adicionales, como la domiciliación de la nómina, para poder disfrutar de este servicio sin tener que pagar nada.
Menos vinculaciones
También es habitual que las cuentas online establezcan menos vinculaciones o condiciones para poder beneficiarse de ventajas tales como la gratuidad de la operativa, la remuneración del saldo, o el acceso a programas especiales de descuentos.
Accesibilidad permanente
Otra gran ventaja de las cuentas online a la que las nuevas tecnologías nos han acostumbrado es la posibilidad de acceder a la cuenta y realizar operaciones en cualquier día de la semana y a cualquier hora.
Además, este acceso puede tener lugar desde dispositivos comunes y accesibles como los teléfonos móviles y las tablets, ya sea a través del portal online de la entidad, o a través de las apps desarrolladas a tal efecto.
Mayor rentabilidad
Aunque no siempre es el caso, hay cuentas corrientes online remuneradas que pueden llegar a ofrecer incluso más beneficios que las tradicionales.
Ventajas de las cuentas tradicionales frente a las cuentas online
Por supuesto, las cuentas tradicionales también conservan algunas ventajas que deben ser tenidas en cuenta.
Trato personalizado
La operativa analógica de la banca tradicional que tiene lugar en las propias oficinas presenta la ventaja de que siempre cuenta con la asistencia del personal de las mismas.
Es más, muchos clientes bancarios han usado sus servicios durante años y es muy probable que tengan una persona que habitualmente haga todas las operaciones.
Esta persona les conoce perfectamente, sabe sus necesidades y su situación personal y puede asesorarles
en cada caso, e incluso puede adelantarse a sus necesidades.
La banca online exige que el cliente se valga por sí mismo y limita el asesoramiento a los habituales chats o servicios de atención telefónica.
Simplicidad de la operativa analógica
Como dijimos, la tendencia ahora es que el cliente haga las operaciones por sí mismo a través de Internet.
Desgraciadamente, para cierto sector de la población, eso es un inconveniente, ya sea porque no le gusta usar las nuevas tecnologías o porque directamente no se les dan nada bien. Hay que ponerse en la piel de estas personas, especialmente las de avanzada
edad, para quienes el uso del portal online puede resultar confuso.
Acceso a servicios en ventanilla
Conviene recordar que las cuentas online restringen la disponibilidad del uso de las ventanillas de las oficinas. Con la banca tradicional, sin embargo, siempre podremos acudir a éstas y realizar todos nuestros trámites.
En conclusión, para una persona acostumbrada a las nuevas tecnologías, las diferencias entre las cuentas online y las tradicionales inclinan la balanza a favor de las primeras.
El acceso por Internet permite obtener cuentas con comisiones nulas o más reducidas
y una accesibilidad permanente, aunque ello implica la despersonalización a la que podíamos estar acostumbrados en nuestro trato directo con nuestro asesor bancario. Por ese motivo, aún hay muchos clientes que prefieren la opción tradicional.