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A la hora de contratar un fondo de inversión, existen numerosos factores que hay que tener en cuenta.
Ya sea un fondo de renta fija, un fondo de renta variable o un fondo monetario, un fondo indexado o un fondo de gestión activa o bien un fondo de acumulación y otro de reparto, lo cierto es que cada uno de ellos se adaptan a un perfil y a una estrategia de gestión diferente.
Sin embargo, hay una clasificación que no siempre se tiene en cuenta, pues rara vez aparece en los folletos informativos de los fondos.
Entre ellas, destaca la replicación física o la replicación sintética, algo que es más propio de los fondos indexados, es decir, aquellos que tratan de replicar la evolución de un índice bursátil o un benchmark de mercado.
La diferencia es sutil, pero no se debería obviar, pues trata de definir cuál es la estrategia del fondo a la hora de adquirir los activos e instrumentos financieros que forman parte de su cartera en un momento determinado.
La forma más sencilla, y hasta hace relativamente poco tiempo la más habitual, es la replicación física, que consiste en que el gestor del fondo compra directamente los valores subyacentes que componen la cartera del fondo, ya sean acciones, bonos, lingotes de oro o incluso inmuebles.
Sin embargo, en los últimos tiempos, y especialmente gracias al éxito de los fondos indexados y de gestión pasiva, los gestores están recurriendo al nuevo modelo basado en la replicación sintética, donde se utilizan contratos de swap, gracias a los cuales se intercambia la rentabilidad de una cesta con la rentabilidad del índice, y que se suscribe generalmente a través de un banco de inversión.
Normalmente, y aunque la mayor parte de fondos intentan utilizar la replicación física, pues no deja de ser el método tradicional para invertir, algunos fondos indexados recurren a la replicación sintética para acercar lo máximo posible la rentabilidad del fondo al de su índice, reduciendo el conocido como tracking error, un término utilizado para describir la desviación de la rentabilidad de la cartera con respecto a su índice de referencia.
La mayor parte de este tracking error se explica por las comisiones sobre la compra y la venta de títulos y las retenciones fiscales sobre el pago de dividendos, además de algunas restricciones en el peso de los títulos emitidos que pueden impedir al fondo o ETF replicar de forma exacta la evolución del benchmark o índice de referencia.
Además, en algunos casos, especialmente en aquellos mercados con menos liquidez como los fondos de renta fija o acciones de mercados emergentes, se pueden recurrir a técnicas de muestreo para realizar la correcta composición del mismo a través de instrumentos derivados.
La replicación sintética, por tanto, recurre a instrumentos derivados complejos para satisfacer las necesidades de los partícipes de un fondo de inversión.
Normalmente, esto les proporciona una mayor flexibilidad, unos costes más bajos y una composición que se acerca más a la de su índice de referencia.
Por contra, el uso de instrumentos derivados puede aumentar el riesgo del fondo y hacer que el partícipe tenga que asumir pérdidas sin casi saber el por qué.
A pesar de que la replicación física ha sido tradicionalmente el método de compra de valores en el fondo más utilizada y popular, la replicación sintética ha ganado bastante popularidad en los últimos años.
La principal razón que ha motivado la generalización de este tipo de gestión ha sido la necesidad cada vez más acuciante de acercar la composición del fondo a su benchmark de referencia y reducir el tracking error, algo que no siempre es posible con los fondos de replicación física.
El más importante es el riesgo de crédito de la contraparte, ya que tan solo la solvencia del banco de inversión que actúa como contraparte de la operación garantiza la rentabilidad del fondo de inversión o del ETF. No obstante, en estos casos, en caso de quiebra del banco de inversión, se firma un contrato en virtud del cual se trata de minimizar el impacto negativo que podría tener una eventual quiebra de ese banco de inversión.
No obstante, en la mayoría de ocasiones, no conoceremos qué tipo de estrategia está llevando a cabo si no entramos a profundizar en las características del fondo de inversión o no nos informamos sobre si es replicación física o sintética.
En la práctica, la diferencia suele ser tan inapreciable que ni siquiera los expertos se fijan en este tipo de información. De hecho, en ocasiones, son términos cuya comprensión se le escapa a la mayoría de mortales.
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