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Teniendo en cuenta el ritmo al que están evolucionando las aplicaciones móviles y demás tecnologías aplicadas al pago de las compras, lo más probable es que las tarjetas físicas tengan sus días contados.
Las propias entidades bancarias están haciendo importantes esfuerzos para inculcar en los consumidores nuevos hábitos que les lleven a prescindir de un soporte físico para la realizar los pagos en las tiendas y demás establecimientos a los que acudan.
No solo puede resultar más cómodo y seguro, sino que también permitirá a las entidades un significativo ahorro.
Hoy en día cualquier persona que disponga de un Smartphone y conexión a Internet puede descargar una de las decenas de aplicaciones móviles brindadas por los bancos u otros suministradores, para proceder a registrar sus tarjetas de débito y crédito.
Una vez completado el registro, podrá pagar sus compras en todos aquellos establecimientos que dispongan de un terminal de pago con la tecnología necesaria.
Concretamente, basta con disponer de un dispositivo TPV que cuente con tecnología NFC, la misma que utilizan las tarjetas Contactless, mediante la cual se procede a la detección y transmisión de datos entre dispositivos que están próximos el uno con el otro.
Por supuesto, el propio Smartphone también debe estar dotado con este tipo de tecnología, si bien esto es algo casi estandarizado en los nuevos modelos.
Dada la enorme importancia que esta modalidad de pago va a adquirir en el futuro, la práctica totalidad del sistema bancario ha lanzado sus propias aplicaciones móviles para asegurarse de que consiguen llevarse un “pedazo del pastel”.
Así, actualmente, podemos identificar las siguientes apps: Santander Wallet, BBVA Wallet, CaixaBank Pay, Sabadell Wallet, Bankia Wallet, Bankinter Pagos, e incluso entidades más pequeñas como ING e ImaginBank han lanzado sus propias soluciones.
No obstante, el sector bancario va a tener que hacer frente a algunos duros competidores que disfrutan de una posición privilegiada en lo referente al mundo de la telefonía móvil.
Nos referimos, por supuesto, a los operadores telefónicos, los fabricantes de dispositivos móviles y otros gigantes tecnológicos como Google y Paypal.
Así, el mercado ya dispone de aplicaciones tales como Orange Cash, Vodafone Wallet, Samsung Pay o Apple Pay. Por otro lado, no falta demasiado tiempo para que Android Pay y Paypal se instalen definitivamente en España.
Otra de las grandes funcionalidades de las tarjetas bancarias se refiere a su utilización en los cajeros automáticos, con el propósito de proceder a la realización de un reintegro de efectivo.
Después de todo, muchas de las otras funciones disponibles en los cajeros han ido quedando obsoletas debido a la utilización de los portales web y las aplicaciones de banca a distancia.
Pues bien, ya se puede realizar reintegros sin necesidad de tener a mano la tarjeta física.
El Banco Santander fue uno de los pioneros en preparar gran parte de su red de cajeros con la tecnología NFC. De esa manera, todos los usuarios que cuentan con la correspondiente aplicación, pueden acercar su móvil al cajero y proceder a operar con él o llevar a cabo un reintegro de efectivo, sin necesidad de insertar su tarjeta bancaria.
Por supuesto, el objetivo último es que el uso de dinero en efectivo se convierta en una cuestión del pasado. No obstante, durante este periodo de cambio, este tipo de soluciones contribuyen a hacer nuestra vida mucho más sencilla.
La tecnología móvil no solo ha hecho posible que paguemos en los establecimientos sin necesidad de una tarjeta bancaria física, ahora también es posible realizar transferencias instantáneas entre particulares.
La llegada de Bizum ha hecho eso posible.
Se trata de una aplicación móvil que ha contado con el apoyo de la práctica totalidad del sistema bancario y que te permite enviar dinero desde tu móvil a otra persona que también se haya dado de alta en la aplicación con el número de teléfono de su móvil.
Tal y como señalábamos hace un momento, la banca online ha supuesto un gran cambio en los hábitos de clientes.
Ahora ya no es necesario acudir a un cajero u oficina bancaria para realizar la mayoría de las operaciones habituales como, por ejemplo, la emisión de transferencias, la consulta del saldo o la contratación de distintos servicios y productos financieros (ej. depósitos, cuentas bancarias, nuevas tarjetas, etc.).
Todo el sector del Fintech está en pleno apogeo y, sin lugar a dudas, uno de los grandes retos consiste en lograr ofrecer el mayor nivel de seguridad posible.
Después de todo, los delitos relacionados con el uso de ilegítimo de las tarjetas bancarias son una lacra y epidemia dentro del sector, el cual tiene que recurrir a costosos seguros y afrontar cuantiosas indemnizaciones año tras año.
Por un lado, los teléfonos móviles han comenzado a dotarse con sistemas de control biométrico, a través del cual es necesario utilizar la huella dactilar o proceder al reconocimiento facial para poder acceder al contenido del dispositivo.
El propósito último es lograr el mayor equilibrio posible entre seguridad y usabilidad. Al fin y al cabo, de poco serviría establecer decenas de protocolos de seguridad, si los usuarios legítimos se ven obligados a pasar una enorme cantidad de filtros para utilizar sus propios dispositivos.
Sea como fuere, y en términos comparativos, el nivel de seguridad que pueden alcanzar las tarjetas bancarias es más limitado que el de los smartphones y dispositivos similares, así que es solo cuestión de tiempo que éstas pasen a mejor vida.
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