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Los planes de pensiones son una herramienta de ahorro para cuando llegue el momento de la jubilación. Uno de sus importantes atractivos son las deducciones fiscales por aportaciones a estos planes de pensiones. Uno de los argumentos de venta más utilizados por bancos y gestores de planes es precisamente el ahorro fiscal, que ciertamente puede llegar a ser bastante considerable.
Pero la parte que no nos cuentan es el tratamiento fiscal de nuestro dinero a la hora de rescatar el plan cuando nos jubilamos.
Como casi siempre el sistema actual tiene ventajas e inconvenientes, pero lo principal es estar informado para poder tomar decisiones correctas.
Para entender cómo funciona la fiscalidad de estos planes lo mejor es usar ejemplos prácticos reales.
Supongamos una persona que contrata uno de estos planes y faltan 30 años hasta su jubilación. Este individuo va a aportar 150 euros al mes (1.800 euros al año) durante los próximos 30 años.
Cuando acude al banco le explican que la rentabilidad media se sus planes es del 4% anual (por ejemplo). Estos son los números que le hace el banco:
Aportación anual: 150 euros x 12 meses = 1.800 euros al año
Aportación en los 30 años: 1.800 euros x 30 años = 54.000 euros
Haciendo el cálculo y teniendo en cuenta aportaciones periódicas de 150 euros con un rendimiento del 4% anual la cantidad de dinero el día de nuestra jubilación será:
Valor Final del plan al 4% = 104.107, 41 €
Es decir, a costa de hacer pequeñas aportaciones de 150 euros que suman al final 54.000 euros cobro el día que me jubile 104.107,41 euros.
Viéndolo así suena muy bien y una persona como yo está casi convencida de realizar la inversión.
Ahora en el banco me cuentan que además por esas aportaciones de 1.800 euros anuales las puedo deducir al 100% en mi declaración de IRPF. Supongamos que mi tipo marginal es del 30%, así que el ahorro fiscal es el siguiente:
Ahorro anual: 1.800 € x 30% = 540 euros
Ahorro en los 30 años: 540 euros/año x 30 años = 16.200 euros
Conclusión: 50.000 se ganan en intereses y 16.000 se ahorra en impuestos, beneficio de 66.000 euros.
Si antes estaba casi convencido ahora ya estoy convencido del todo y contrato el plan.
ERROR: el banco me cuenta la parte que les interesa y la parte buena de estos planes. Todo lo que me han contado es verdad, pero hay cosas que no me han contado. Como casi siempre cuando hay algo demasiado bueno sueles tener alguna contrapartida no tan bonita.
Desde el año 2007 los planes de pensiones en el momento de cobrarlos no tienen bonificaciones ni incentivos fiscales. Es decir, cuando los cobre tendré que pagar por el dinero que recibo como si se tratase de un rendimiento del trabajo. Esto significa que a la hora de cobrar el plan hay que pagar a Hacienda por el dinero cobrado. O sea que las deducciones fiscales no son en realidad una deducción sino una manera de diferir impuestos.
Esto nos afecta de diferente forma en función de la forma de cobro. Se puede cobrar de golpe (todo el dinero) o una cantidad anual durante un número de años (por ejemplo 10 años). Veamos cómo nos afecta si se cobra de una forma o de otra.
Utilizando el ejemplo anterior la persona el día de su jubilación va al banco y cobra sus 104.107,41 euros.
A la hora de hacer la declaración de la RENTA de ese año el contribuyente tendrá sus ingresos del trabajo o de la pensión y además un ingreso de 104 mil y pico euros. Eso supone que su tramo de IRPF se va al máximo que existe. Aunque depende de cada Comunidad autónoma (las variaciones son pequeñas) significa ir a un tramo del 52% de IRPF.
Así que toca PAGAR el 52% de los 104.000 euros.
A pagar por rescatar el plan: 104.107,41 x 52% = 54.135,91 €
Resultado neto: 104.107,41 – 54.135,91 = 49.941,50 €
Es decir la persona que aportó durante 30 años 54.000 euros al final cobra 49.900. Si sumamos lo que se ahorró en IRPF el resultado es:
Total neto: 49.941,50 + 16.200 (ahorro fiscal) = 66.141,50 €
Beneficio real: 66.141,50 – 54.000 (lo que puso) = 12.141,50 €
Es decir de los 104.000 que me hablaba el banco después de 30 años ahorrando cobro unos 50.000 (menos de lo que he puesto), consiguiendo un rendimiento real de 12.000 gracias a las “bonificaciones” fiscales.
La segunda opción a la hora de recuperar en plan de pensiones es cobrar el dinero en una serie de años, ya sean 5, 7 o 10. Supongamos que cobramos a lo largo de 10 años.
Siguiendo con el ejemplo cada año cobraríamos:
Cobro anual: 104.107,41 / 10 años = 10.410,74 al año
En este caso el beneficiario durante esos 10 años deberá declarar su pensión (y otros ingresos que pueda tener) y además 10.410 euros que cobra de su plan de pensiones. Teniendo en cuenta la pensión más el plan supongamos que el tramo de IRPF de este contribuyente es del 30%. Así que cada año pagará un 30% del dinero que recibe del plan. Los números serían los siguientes:
IRPF del plan al año: 10.410,74 € x 30% = 3.123,22 €
Durante los 10 años: 3.123,22 € x 10 años = 31.232,20 €
Rendimiento de su plan: 104.107,41 – 31.232,20 = 72.875,21 €
En este caso de los 104.000 euros en realidad se cobrarían 72.875 a lo que deberíamos sumar los 16.200 que el contribuyente ahorró en IRPF.
Total Neto: 72.875,21 + 16.200 = 89.075,21 €
Beneficio real: 89.075,21 – 54.000 (aportaciones) = 35.075,21 €
En este segundo caso cada persona debe hacer números ya que en función de su pensión y de la cuantía de su plan de pensiones su tramo de IRPF variará mucho. Los números serán completamente distintos para un plan pequeño de 50.000 euros que tribute al 20% que para un plan de 300.000 euros que tributarán al 50% o incluso más.
Lo que debe quedar claro es que en el momento de cobrar uno de estos planes se tributa por ellos como si fuera un rendimiento del trabajo. Por tanto más que una bonificación fiscal se trata de diferir el impuesto del IRPF hasta el momento de la jubilación, con el agravante de que si se rescata el plan de golpe nos iremos al tramo máximo de IRPF. Así ahorrarnos un 30% de impuestos hoy puede significar pagar más de un 50% por ese dinero dentro de unos años.
Con esto no queremos decir que los planes sean malos, simplemente que hay que hacer bien los números para evitar problemas y sustos. Por ejemplo un plan con un buen rendimiento del 10% anual podría compensar con creces estos problemas ya que el rendimiento que obtendríamos sería mucho mayor a los impuestos que tendremos que pagar. Otro ejemplo es si una persona a día de hoy tributa en el tramo máximo de IRPF no pierde nada por diferir el IRPF a dentro de 30 años.
Cada individuo es diferente y a una persona conservadora antes que un plan a renta fija (bajo interés) le puede interesat invertir en depósitos bancarios al 2% ya que al final le será más rentable que un plan de pensiones al 4%.
Si nos basamos en el ejemplo del principio de un ahorrador que ahorra 150 euros al mes durante 30 años podríamos conseguir fácilmente mejores resultados.
Supongamos que podemos conseguir un rendimiento del 2,25% por nuestros ahorros desde el primer euro, por ejemplo ver: cuenta COINC de Bankinter o más cuentas remuneradas
Con esta cuenta (u otra similar) comenzamos a ahorrar y recibiremos los intereses mensualmente. Cuando tengamos suficiente dinero ahorrado (10.000 o 20.000 euros) buscaremos depósitos bancarios de alta rentabilidad.
La base del cálculo es que ahorramos 150 euros al mes durante 30 años al 2,25% TAE. A esos intereses a la hora de hacer al cálculo les restamos la rentención legal de IRPF. El ahorro sería el siguiente:
Si no hubiese IRPF al final tendríamos: 77.023,36 €
Como pagamos IRPF: 71.183,07 €
El banco nos quitará directamente cada vez que nos pague intereses la parte que se lleva Hacienda. Así al final de los 30 años lo que cobremos será íntegro para nosotros ya que hemos ido liquidando los impuestos.
En este caso el beneficio de aportar 54.000 euros durante 30 años es:
Beneficio: 71.183,07 – 54.000 = 17.183,07 €
La diferencia principal es que si mi tramo de IRPF es por ejemplo del 27% iré tributando estos años al 27% por los beneficios de mis ahorros. En cambio con el plan de pensiones Hacienda me exime de pagar impuestos por las aportaciones y por los intereses de esas aportaciones hasta la jubilación, pero en ese momento en lugar de tributar por mi 27% me toca tributar por el 52%. A cambio a esos impuestos que no he pagado les he estado sacando una rentabilidad.
A partir de estas cuentas que cada uno saque sus propias conclusiones.
Algún economista o técnico de Hacienda podría hacer algunas puntualizaciones a estos números, por ejemplo si el plan rescatado en 10 años seguiría produciendo intereses, o si hay una pequeña bonificación fiscal de algún tipo, pero las diferencias que encontraríamos serían más bien pequeñas.