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Son miles los millones de euros que se mueven a diario en los mercados financieros.
En algunos momentos a lo largo de la jornada, existen algunos eventos que provocan un total descontrol y son famosas las imágenes televisivas de los brokers agolpados sobre las pantallas, libreta y bolígrafo en mano, gritando a los “colegas” que tienen alrededor intentando sacar un beneficio de los movimientos de la bolsa.
Bien, pues todo ello tiene que ser controlado y regulado por alguna institución.
En España, de este trabajo se encarga la CNMV, es decir, la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
Se trata de un organismo dependiente de la Secretaría de Estado de Economía cuyo objetivo es velar por la transparencia de los mercados de valores españoles y la correcta formación de precios, así como la protección de los inversores.
La acción de la CNMV como órgano de control se centra fundamentalmente sobre tres agentes: las sociedades que emiten valores en el mercado primario tales como empréstitos de obligaciones, los mercados secundarios de valores como la bolsa o aquellas empresas que prestan servicios de inversión.
Como organismo importante que es, la CNMV tiene una gran cantidad de funciones.
La más importante es, posiblemente, encargarse de la supervisión e inspección de los mercados de valores españoles y de cuantos agentes intervienen en el mismo.
En cualquier caso, las funciones de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, formada por 6 miembros, se pueden agrupar en funciones de control, de supervisión y de asesoría.
Las funciones de control de la CNMV se resumen en velar por la transparencia en los mercados para la correcta formación de precios. En este sentido, este organismo se centra en hacer cumplir las normas de conducta establecidas por cuantos agentes intervienen en las operaciones, haciendo especial énfasis en las operaciones realizadas por los directivos y consejeros de las compañías.
Para lograr este objetivo, la CNMV dicta las disposiciones necesarias para el desarrollo y ejecución de las normas dictadas en el desarrollo de la ley.
Además, en función de la situación actual de los mercados, la CNMV decide las suspensiones y vuelta a la cotización de determinados valores, así como la expresa prohibición de utilizar ciertas posibilidades que están incluidas dentro de los mercados por diversas razones, entre las que destacan las extremas volatilidades en los mercados.
Claro ejemplo de ello fue la prohibición de las ventas a corto del sector financiero, aprobada en agosto de 2011, con el objetivo de frenar las operaciones especulativas que ponían el riesgo al mercado.
En cuanto a sus funciones de supervisión, la CNMV debe verificar el cumplimiento de todos los requisitos exigidos por la ley para admitir valores a cotización en las Bolsas españolas.
Es decir, la CNMV debe examinar los requerimientos para que las sociedades sean miembros de la Bolsa, que deben cumplir una serie de requisitos de capital, de los medios técnicos y de capacidad y honradez por parte de sus directivos.
Además, la CNMV debe recibir información de las adquisiciones y transmisiones de participaciones en sociedades admitidas a cotización en los mercados secundarios.
En este sentido, el organismo supervisor tiene por misión verificar que las sociedades ofrecen información suficiente sobre las operaciones realizadas y que tales operaciones se realizan siguiendo los criterios de transferencia.
Asimismo, la CNMV debe proteger a los inversores y a los sujetos que participen en las operaciones en los mercados. La CNMV incluye un servicio de reclamaciones al que se puede acudir en caso de ser objeto de alguna operación que no se ajuste a las normas del mercado.
Este servicio de reclamaciones tiene capacidad de decisión y tiene capacidad de sanción a las sociedades que participan en el mercado.
Además, y como último punto, la CNMV debe aprobar los estatutos y nombramientos de consejeros en las sociedades rectoras.
Por último, y en cuanto a sus funciones de asesoría, la CNMV debe asesorar a los responsables de la administración en materia bursátil.
Entre ellos, asesora al Gobierno, al Ministerio de Economía y al Ministerio de Hacienda en materia bursátil y de mercados financieros, además de promover la difusión de la información bursátil entre los ciudadanos españoles a través de periódicos, guías del inversor, etc.
A nivel internacional, la CNMV, en sus funciones de Agencia Nacional de Codificación de Valores (ANCV) también se encarga de la identificación de todas las emisiones de valores e instrumentos financieros españoles con un código internacional que se denomina ISIN (International Securities Identification Number) y la difusión de esa codificación entre los usuarios, para que pueda ser utilizada.
La Comisión Nacional del Mercado de Valores es un órgano cuya función principal es que los mercados financieros se desarrollen promoviendo la transparencia y protegiendo a los inversores, sobre todo de los minoritarios sin descuidar también a las grandes empresas.
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