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Una de las palabras que se están escuchando cada vez que una gran empresa decide marcharse de España es la de nacionalización de las empresas. Esto es debido a la situación económica que nos ha dejado el coronavirus.
Por diferentes motivos, desde las medidas tomadas por la Comisión Europea, hasta el cierre de Nissan, se ha escuchado muchísimo esta palabra.
No todo el mundo sabe lo que es la nacionalización de una empresa, cómo funciona, para qué sirve y cuáles son sus resultados.
Por eso, en este artículo, te vamos a hablar de esta fórmula económica que, en ocasiones, ponen en marcha los Estados.
Debido a la crisis económica que está ocasionando la pandemia del coronavirus, son muchas las empresas, tanto dentro de España como fuera, que se han visto perjudicadas.
Una de las noticias más sonadas de las últimas semanas ha sido el cierre y la posible nacionalización de la empresa Nissan en España.
Uno de los miembros del Gobierno dijo al respecto que la nacionalización de esta empresa, o de cualquier otra, era posible según la Constitución.
Sin embargo, también añadió que quizás no será la opción más favorable, debido a que se podría tratar de una nacionalización de las pérdidas, para luego privatizar los beneficios.
Pero… ¿qué es realmente la nacionalización? ¿Qué diferencia tiene con la privatización? Y ¿cuáles suelen ser las consecuencias de tomar esta medida con las empresas de un país?
Veámoslo a continuación.
La nacionalización es una acción o medida política de carácter económico que pueden llevar a cabo los países.
Su finalidad es la de hacer que el Estado sea quien administre una empresa, bien o terreno que anteriormente era de carácter privado.
En el caso de las empresas, como Nissan, la nacionalización haría que el Estado entrase a ser el agente administrativo de esta empresa.
Generalmente, la nacionalización se puede llevar a cabo sobre cualquier bien: desde un inmueble, hasta una empresa entera o una cierta cantidad de bienes capitales.
La nacionalización de una empresa se lleva a cabo, normalmente, mediante una compra forzada de la misma.
De esta forma, la empresa pasa a formar parte del patrimonio del Estado, y ya no es un ente que se gestiona de forma privada.
Poniéndonos de nuevo con el ejemplo del caso de Nissan, que no es una empresa española sino extranjera, la nacionalización no significa que la totalidad de esta empresa pasase a formar parte del patrimonio del Estado español.
En este caso, se trataría de una nacionalización de la dirección o la explotación de los medios productivos de esta empresa en España.
Es decir, se haría una nacionalización de las plantas que Nissan posee en España.
La nacionalización y la privatización son procesos similares en cuanto a que los agentes que participan en ellas son los mismos: el elemento a nacionalizar o privatizar (generalmente una empresa), un propietario privado y el Estado.
Sin embargo, son procesos totalmente opuestos en cuanto a la dirección que toman.
En el caso de la privatización, la empresa previamente forma parte del patrimonio del Estado y es gestionada por este. Tras el procedimiento de privatización, pasa a formar parte de un propietario privado.
Cuando se produce la nacionalización, la empresa previamente forma parte de un propietario privado y es gestionada por él. Sin embargo, tras el proceso de nacionalización, esta empresa pasa a formar parte del patrimonio del Estado, y este es el encargado de su gestión.
Cada nacionalización es diferente a las demás. No siempre los motivos que llevan a un Estado a nacionalizar una empresa o un bien son los mismos.
Sin embargo, algunos de los motivos que puede haber detrás de una nacionalización son razones de seguridad de Estado, un plan macroeconómico nacional o políticas estratégicas.
Pero cualquiera que sea la razón por la que se lleva a cabo la nacionalización de una propiedad privada, hay algo que siempre deben tener en común.
Siempre debe tener como principal argumento el beneficio colectivo o la protección del bienestar común de los habitantes del Estado.
La nacionalización de una empresa, o de cualquier otro bien, suele tener tanto admiradores como detractores.
Hay quienes opinan que se trata de un procedimiento justo, y quienes consideran totalmente lo contrario.
Las consecuencias específicas de una nacionalización dependen de las características concretas que llevan a esa situación y cuál es el bien que se va a nacionalizar.
De manera general, podemos hablar de dos grandes consecuencias que suelen tener los procesos de nacionalización:
Por ejemplo, en el caso de la nacionalización de empresas de servicios básicos, como la luz o el agua, el Estado pasa a tener un mayor control de sus aspectos elementales.
En este sentido, podría tratarse de una protección para algunas de las comunidades menos favorecidas de la sociedad. Un abaratamiento en los precios y, en general, un mayor acceso a dicho servicio.
Sin embargo, también se puede volver más complicado el acceso a estos servicios debido a la burocratización.
Además, hay quienes creen que la nacionalización de una empresa supone un gran daño para el patrimonio privado. Y que, en determinadas ocasiones, podría llegar a suponer la entrada de la ineficacia y la corrupción al sistema de la empresa.
Sin duda, con respecto a la nacionalización, hay opiniones para todo.
Pero esperamos que este artículo te haya servido para conocer un poco mejor este proceso. Qué es, cómo funciona y cuáles podrían ser las consecuencias generales de aplicarlo a un determinado bien.
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