Pedir un préstamo para pagar otro ¿es recomendable?

Hay muchas personas que creen que la solución a sus problemas financieros es pedir un préstamo para pagar otro, sin saber que si bien es cierto que quitan una deuda están creando otra todavía más grande.

De hecho, algunos toman el préstamo como si fuera un regalo, hasta que llega el mes siguiente en que se dan cuenta de que tienen que pagar más, o hasta que se percatan de que tienen que estar pagando durante mucho más tiempo.

Un préstamo no es un regalo

Simplemente es una herramienta adicional para ayudar a salir adelante a muchas familias; y como pasa con cualquier otro servicio tiene sus ventajas pero sobre todo en este caso tiene también sus obligaciones: pagar la deuda según los plazos que se hayan acordado.

Un préstamo hay que poder pagarlo

Asegúrate cuando pidas un préstamo de que vas a poder devolverlo. De lo contrario lo único que vas a hacer será endeudarte más y más y te será mucho más difícil salir adelante.

De plano: No es buena idea pedir un préstamo para pagar otro porque en realidad lo que se está haciendo es pagar dobles comisiones.

¿Existen casos en que sí convenga pedir un préstamo para pagar otro?

Hacer esto es una alternativa que se debe utilizar solo en casos excepcionales. Cuando realmente no se puede hacer frente a la deuda, pedir un pequeño préstamo o crédito rápido puede ser una buena solución porque aun pagando más y durante más tiempo se aligera momentáneamente una carga que no se puede asumir en ese momento.

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Hay familias que tienen que hacerlo por necesidad, aun sabiendo que tendrán que pagar más dinero y durante más tiempo, aunque esto es algo que se debe estudiar muy bien antes de tomar la decisión final. Y sí, hoy en día es más frecuente de lo que pensamos el tener que pedir un préstamo para pagar otro por pura desesperación.

Existe otro caso, mucho menos frecuente, en que sí es beneficioso pedir un préstamo para pagar otro.

Y es cuando las comisiones de amortización anticipada son muy bajas y el nuevo préstamo tiene unas condiciones mucho más beneficiosas, haciendo así que realmente se pague menos por el préstamo, aunque por regla general no suele suceder casi nunca.

Alternativas a la hora de pedir un préstamo

Hay varias alternativas que se deben valorar antes de pedir un nuevo préstamo:

• Reunificar deudas. Puede ser buena idea reunificar las deudas cuando se tiene una hipoteca, así pagaremos menos cada mes en momentos puntuales en los que realmente no se pueden asumir tantas deudas. Es algo que se debe estudiar a fondo, pero podría tenerse en cuenta.
  
  
• Renegociar con la empresa o entidad bancaria. Cuando puntualmente no se puede hacer frente a los pagos se puede comunicar al banco o empresa la situación en que estás, e incluso en muchos préstamos existe la posibilidad de estar un cierto tiempo sin pagar el préstamo en sí mismo (pagando sólo las comisiones e intereses), hasta encontrar la mejor solución en este caso.
  
  Cuando la cosa es ya algo más difícil de afrontar, se pueden volver a renegociar las condiciones del préstamo, aunque esto suponga tener que pagar algo menos pero durante más tiempo o ampliar el crédito ya existente.
  
  
• Solicitar la ayuda de familiares o amigos, aunque no sea agradable, a veces es necesario para salir del bache. Teniendo un trabajo fijo y mucha confianza con los directivos de la empresa, se podría valorar la posibilidad de pedir un anticipo del sueldo.
  
  Hay que tener en cuenta que pedir un nuevo préstamo cuando no se puede pagar el anterior es casi como entrar en un pozo sin fondo o crear una bola de nieve cada vez más grande. Sé cauto.
  
  
• Los préstamos con familiares o amigos pueden llevar a ciertos problemas o malentendidos, pero evidentemente son mucho más flexibles y asumibles, y llevan menos comisiones, aunque hay que tener mucha confianza y dejar las cosas bien claras desde un principio.
  
  
• Pedir un pequeño préstamo para sobrellevar esos primeros momentos iniciales, pero no para pagar el anterior préstamo. Esto hace que la deuda sume y se haga más alta, pero puede ser viable para familias que en realidad pueden pagar sus deudas pero tienen algún imprevisto ocasional que les impediría hacerlo ese mes (o en los próximos meses) porque tienen algún gasto mucho mayor.
  
  
• Y por supuesto, otra cosa que se tiene que hacer para poder pagar cuanto antes el préstamo es reducir costes de donde sea, aunque esto signifique bajar el nivel de vida a unos límites asumibles. Al principio cuesta un poco, pero es necesario, sólo se trata de buscar nuevas formas de ahorrar.

Entonces, ¿qué debo hacer?

Son muchas las personas que se preguntan qué deben hacer en este caso, y es una cuestión que realmente no tiene una respuesta universal.

Algunos pueden pasar ese bache reduciendo gastos, otros negociando con la entidad que les ha otorgado el préstamo, a otros no les quedará más remedio que pedir un nuevo préstamo y habrá otros que no verán la luz al final del túnel.

Lo más recomendable en estos casos es hacer cuentas, ver cuánto falta por pagar, valorar si se puede afrontar la deuda y cómo y hacer planes. En caso de necesitar asesoramiento, a veces conviene contratar a un asesor o profesional (aunque haya que pagarle) que aconseje lo que es más recomendable.

De todas formas el primer paso es reunir a toda la familia, hacer cuentas y tomar decisiones.