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Conforme se va acercando el momento de nuestra jubilación, los sentimientos son contradictorios. Por un lado, llevas muchos años esperando ese momento pero, por otro lado, el trabajo te proporcionaba un modo de estar en todo momento activo.
Hay personas que rápidamente llenan ese vacío con cosas que hacer, pasear, disfrutar de la familia, jardinería,... y otros se encuentran más preocupados porque su pensión, después de tantos años de trabajo y sufrimiento, no es suficiente como para vivir tranquilos el resto de su vida.
A día de hoy, las pensiones se disfrutan sin mayor problema puesto que están aseguradas por el Estado en función de los años que hayamos cotizado y de cuál haya sido la base de cotización a lo largo de toda una vida laboral.
Bien es cierto que algunas pensiones son escasas o insuficientes para lo que queremos hacer.
Sin embargo, el futuro está lleno de muchas incertidumbres en torno al sistema público de pensiones, y la posibilidad de no poder disfrutar de una pensión fija en el futuro de una calidad aceptable en cuanto a su remuneración es, según muchos expertos, posible.
Desde hace un tiempo, existen opciones para ir ahorrando una cantidad de dinero con la que completar tu pensión en el momento en el que tú quieras empezar.
Si hablamos en temas estrictos de trabajo, se podría decir que desde el primer día de trabajo ya podemos (y queremos y deseamos) empezar a pensar en la jubilación y disfrutar. Sin embargo, cuando eres joven, tienes ganas de viajar, explorar, gastar en ocio y no te preocupas tanto del mañana o del futuro.
Las personas muy previsoras comienzan desde el principio a ahorrar una cantidad mensual, bien en forma de segunda cuenta bancaria o a través de algún fondo especializado en pensiones que ofrecen ahora las entidades bancarias.
Pero esto lleva asociados una serie de pros y contras.
Como ventaja cabe destacar que al empezar a ahorrar tan pronto, la cantidad mensual durante la vida laboral será menor que si empiezas a una edad tardía. Se trataría de una cantidad pequeña, en torno al 10% de la remuneración recibida, pero que hoy en día, con los sueldos y los gastos de cualquier persona joven, como ocio, hipoteca, coche, etc. puede ser una cantidad necesaria mes a mes.
De cualquier manera, como comentamos en otro artículo, si tenemos más de 33 años debemos pensar seriamente en la jubilación.
Sin embargo, es el caso de acudir a un fondo especializado o entidad financiera en gestión de pensiones, no puedes sacar tus ahorros hasta la edad de jubilación, o eres penalizado por sacarlo, perdiendo así parte de tu dinero duramente ahorrado. Esta imposibilidad es un problema en caso de necesitar nuestro dinero de forma inmediata para gastos imprevistos, por ejemplo.
Las personas poco previsoras, que sólo se preocupan cuando se acerca el momento, suelen comenzar a ahorrar de forma tardía pensando en la jubilación tienen sueldos más elevados que una persona joven, no tienen tantos gastos en ocio y el gasto de la hipoteca puede que incluso ya no lo tengan (a día de hoy, eso es una utopía, incluso hay hijos que “heredan” esos gastos hipotecarios) pero no es menos cierto que, por ejemplo, si tienen hijos, los gastos se ven multiplicados o tienen una serie de gastos que cuando uno es joven ni se lo plantea.
Se podría decir que para cada rango de edad existen una serie de gastos que otros rangos no tienen y pueden ser más o menos igual de importantes.
Al igual que ocurre con la pensión pública, desde que comenzamos a generar ingresos debemos empezar a financiar con parte de los mismos nuestra pensión privada por dos motivos:
En lugar de hacernos la pregunta de ¿en qué momento debo comenzar a pensar en mi jubilación? deberíamos hacernos la pregunta ¿por qué no he empezado a ahorrar ya para mi jubilación?
El esfuerzo económico será menor cuanto antes empecemos a ahorrar.
Además si, por ejemplo, utilizamos una segunda cuenta bancaria (en lugar de un plan de pensiones de alguna entidad financiera), también tendremos esos ahorros para la pensión en caso de alguna necesidad.
La teoría económica parece clara, pero la situacion personal de cada persona, puede que no permita en muchos casos hacer caso a esa teoría.
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