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El análisis de las empresas es la herramienta básica para aproximarnos a una compra técnica basada en datos objetivos. Con este sencillo cálculo podemos ver el ratio existente entre el precio de una acción y los beneficios que ella genera, de ahí su nombre “Price to Earnings Ratio”. Y por ende, determinar si la acción está cara o barata en ese momento. Este hecho nos obliga a entender qué es el PER que tanto se usa en la compraventa de acciones cotizadas en Bolsa.
Dicho de otra forma, el PER nos indica el número de veces que la cifra de beneficios está dentro del precio de la acción. Su cálculo es por tanto la división del segundo por el primero.
Esta cifra nos da valiosa información sobre las acciones que pretendemos adquirir:
En primer lugar, nos muestra cuántos años serían necesarios para recuperar la inversión hecha en su compra, considerando solamente los beneficios que genera la empresa. Cuantos más años sean necesarios para amortizar la compra más cara habrá sido ésta y cuantos menos años sean necesarios, más barata.
El PER, por tanto, nos indica si la acción está cara o barata, con base a lo anteriormente citado.
Tendencia. Además de la parte objetiva podemos tener datos sobre la tendencia de la acción en el mercado o sobre la impresión que los inversores tienen de ella en ese momento. Así, un PER muy bajo mostraría que los inversores consideran que los beneficios están cayendo, mientras que uno muy alto sería indicador de lo contrario, es decir, que hay grandes expectativas de subida.
Números negativos. Matemáticamente es posible tener un PER negativo si la empresa está en pérdidas, pero a la hora de homologar criterios se considera que las empresas con pérdidas tienen un PER indefinido.
PER entre el 0 y 10. Aquí tendríamos las dos informaciones: o que las acciones están muy baratas o que los inversores ya consideran que la empresa está en fase de decaimiento.
PER entre el 10 y el 17. Normalmente se considera que entre 10 y 17 años del retorno de la inversión es el valor adecuado para la gran mayoría de las empresas.
PER entre 17 y 25. Aquí tenemos de nuevo dos posibles interpretaciones: o bien la acción está cara y sobrevalorada o bien la mayoría de los inversores consideran que la empresa generará más beneficios en el futuro.
PER encima de 25. Si el PER se ha disparado por encima de 25 podría suponer que la empresa está dentro de un crecimiento desproporcionado, una burbuja financiera, o que los inversores tienen unas expectativas de crecimiento de los beneficios futuros muy elevada.
Es importante considerar a la hora de tomar el número del PER como referencia, que este valor no es una referencia absoluta. Por tanto, sería conveniente conocer la evolución histórica del PER para compararlo con su situación actual. También tenemos que pensar que aunque el PER medio del mercado está cerca del 15 es necesario saber el PER del sector de la empresa en cuestión. La comparativa del PER de una empresa determinada con el PER del sector al que pertenece es muy recomendable a la hora de comprar o vender acciones.
Como todas, el usar una única herramienta para decidir si debemos comprar o vender acciones nos puede dar más de un disgusto. Como hemos dicho antes, si no comparamos el PER de la empresa con el del sector, por ejemplo, podemos pensar que las acciones son caras o están sobrevaloradas, cuando en realidad pueden ocultar un potencial de crecimiento.
Además del PER, si queremos tener un mínimo de rigor a la hora de realizar nuestras compras deberíamos estudiar la evolución de la empresa en los últimos años y qué ratios de precio por beneficio ha tenido en momentos en que los beneficios eran muy altos y cuáles ha tenido cuando era bajos. También sería conveniente tener datos fundamentales de la situación de la empresa y del producto que ofrece, el riesgo que asume la entidad en sus inversiones y otros valores similares.
Quizás el principal problema del PER es el hecho de que está comparando dos elementos que se obtienen en momentos diferentes, ya que el beneficio por acción se obtienen teniendo en cuenta la situación financiera que ha tenido la empresa anteriormente, es decir, algo que ya ha pasado, mientras que el precio de la acción en el mercado es algo actual, muy influenciado por las expectativas del mercado sobre ese valor. Se puede corregir ese inconveniente si podemos utilizar un beneficio por acción estimado para realizar el cálculo.
Existe otro ratio que quizás sea una mejora del PER y es el existente entre el Precio y el flujo de caja libre P/FCF. Este ratio se basa en el cash flow, que es el flujo de caja que realmente genera la empresa en lugar de hacerlo contra la diferencia a nivel contable entre ingresos y gastos en un determinado período, dicho de otra manera, los beneficios contables. Los beneficios netos de una empresa se pueden retocar con diferentes movimientos contables, pero el flujo de caja es un elemento mucho más objetivo. Por eso se considera más ajustado ante la realidad.
Existe otro ratio más complejo que es la relación entre el valor de la empresa o Enterprise Value, contra los beneficios antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones, EBITDA en inglés – Earnings before interests, taxes, depreciation and amortization. Este ratio refleja de una forma más profunda el valor real de la empresa.
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