Contenido del artículo
Dicen que las guerras enseñan geografía y las crisis enseñan economía. Cuando un país entra en recesión, el volumen de información y nuevos términos económicos y financieros que los ciudadanos tenemos que absorber se incrementa de manera exponencial.
Uno los conceptos a los que más importancia han dado los medios de comunicación ha sido, sin lugar a dudas, la prima de riesgo. Un término del que nadie había oído hablar hace unos pocos años y que ahora, sin embargo, se ha convertido en un indicador esencial para medir la salud financiera de un país.
Para saber en qué consiste la prima de riesgo, es necesario conocer primero el mecanismo de financiación de los Estados.
Cuando un determinado país tiene necesidades de financiación porque su recaudación fiscal en forma de impuestos no es suficiente para cubrir su gasto público, los Estados recurren a la emisión de deuda pública, que se instrumentaliza en forma de bonos del Estado y letras del Tesoro.
Es decir, el Gobierno emite títulos de deuda pública a diferentes plazos (Letras a 3, 6, 12 y 18 meses, bonos a 3, 5 y 10 años y obligaciones a más largo plazo); los inversores, a su vez, acuden a su compra mediante un sistema de subastas en el que queda determinado el tipo de interés que los Estados pagarán a los inversores a lo largo de toda la vida de la deuda pública.
Este mercado de emisión, también llamado mercado primario, sirve para poner en circulación estos títulos de deuda pública. Sin embargo, también existe un segundo mercado, llamado mercado secundario o de negociación, en el que se intercambian las letras, los bonos y las obligaciones en cualquier momento y a un precio determinado por la oferta y la demanda de cada título.
Precisamente, la cotización de estos títulos en el mercado secundario es lo que determina el valor de la prima de riesgo. En concreto, la diferencia de la cotización en el mercado secundario entre el precio del bono a diez años español y el de menor riesgo, que para el caso de Europa es el bono a diez años alemán (también llamado Bund) en términos de interés.
Por ejemplo, si el interés del bono a diez años español es de 4,50% y el del Bund alemán es del 2%, la diferencia sería de 2,5 puntos porcentuales.
En general, la prima de riesgo se mide en puntos básicos, que se calcularía multiplicando por 100 los intereses o la diferencia en puntos porcentuales. En este caso, el valor de la prima de riesgo sería, por tanto, de 250 puntos básicos.
Su valor puede aumentar o disminuir si el interés del bono a diez años español aumenta o se reduce, pero también si el interés del Bund se reduce o aumenta.
Es decir, la prima de riesgo depende no solo de nuestra deuda pública, sino también de la cotización de la deuda pública alemana. Pero, ¿por qué aumentan o se reduce el interés de los bonos públicos?
Como su propio nombre indica, la prima de riesgo es el sobrecoste que un Estado tiene que asumir por obtener esta financiación como consecuencia de las expectativas negativas que los inversores tienen sobre la evolución de la marcha del país.
En líneas generales, estas expectativas se traducen en un temor por parte de los inversores en que los países incumplan sus compromisos financieros y, por este motivo, solicitan una rentabilidad mayor al asumir un mayor riesgo.
Es decir, si las posibilidades de que un Estado se declare insolvente y, por tanto, no pague a sus acreedores, aumentan, el interés del bono a diez años aumentará y, por consiguiente, también su prima de riesgo.
Si, en cambio, las perspectivas de que el Estado va a garantizar el pago de su deuda aumentan, la prima de riesgo se reducirá.
La prima de riesgo constituye, por tanto, un indicador esencial para cuantificar la situación financiera de un determinado país y la salud de las cuentas públicas.
Pero no solo eso: la prima de riesgo provoca el riesgo de entrar en una espiral de difícil salida.
Y es que, conforme aumenta la prima de riesgo, aumentan los intereses a pagar (recordemos que el precio de un bono se reduce si aumenta su rentabilidad, es decir, su interés), lo que encarece la financiación del Estado, aumentando a su vez el riesgo de impago por los mayores gastos a asumir por parte del erario público.
Esto es precisamente lo que ocurrió en España en Verano de 2012. Las expectativas de insolvencia pública iban en aumento y los inversores, temerosos de perder buena parte o la totalidad de su inversión, pedían un mayor interés que compensase el mayor riesgo, lo que llevó el bono a diez años a situarse en más de un 7%.
Sin embargo, en la actualidad, la prima de riesgo se ha visto reducida por dos motivos: por un lado, por las mejores expectativas económicas sobre España y, por otro, por la existencia de un organismo supranacional, el Banco Central Europeo, dispuesto a hacer lo que sea necesario para salvar el Euro y, por tanto, las cuentas públicas de los países.
En definitiva, la prima de riesgo es consecuencia directa de la situación económica de un país.
Si la situación es mala, los ingresos públicos son menores y los gastos son mucho mayores (por ejemplo, se ingresa menos porque hay mayor desempleo y, por tanto, menos cotizantes y se gasta más porque es necesario satisfacer una mayor cuantía en prestaciones por desempleo).
La inflación en España ha llegado a cifras que pensábamos que jamás veríamos durante el siglo XXI, y es que el dato oficial del IPC ha llegado al 10,2%. Independientemente de cifras oficiales, lo real..
En los últimos meses la prima de riesgo, es decir el precio que paga el Estado para financiarse, se ha disparado pasando de prácticamente el 0% al 3%. Lo peor es que viendo la evolución, y lo que paga..
Europa, aparte de a otros muchos problemas, se está enfrentando a una constante caída del Euro frente al Dólar y a otras divisas. En los últimos 12 meses la bajada es de alrededor de un 20% de su valo..
Si estás interesado en temas de inversión casi seguro que en alguna ocasión has escuchado habar de Warren Buffet, considerados por muchos el mejor inversor de todos los tiempos. Warren Buffett es mund..
En el mundo occidental, especialmente en Europa, los políticos se han empeñado en reinventar las bases de la economía con consecuencias que pueden ser desastrosas. Esto no es un problema de izquierdas..
Hay muchos libros excelentes sobre finanzas personales, y elegir entre los mejores puede ser una tarea complicada y bastante subjetiva. Pero a nivel internacional hay una serie de libros muy reconocid..
Antes de empezar a invertir, antes de ponerse a ahorrar y antes de poder organizar nuestro futuro financiero el primer paso es eliminar deudas. Las deudas son las responsables en la mayoría de las oca..
Por algún motivo que desconocemos, en España el tema del dinero siempre ha sido tabú y no se puede hablar abiertamente de él. No es normal que la gente comente y comparta sus inversiones, sus fracasos..