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Estamos acostumbrados a escuchar que el mundo bursátil es muy complicado, con muchos factores que le influyen a la hora de sacar rentabilidad a nuestra inversión y donde es muy fácil perder dinero (aunque también se puede ganar una cantidad importante de dinero).
Podemos decir que todo puede resumirse en saber comprar pero, por encima de todo, en saber vender en el momento adecuado para minimizar las pérdidas o, directamente, para evitarlas.
En ocasiones, esta estrategia se basa en jugar a que la bolsa va a caer en lugar de comprar acciones y esperar que ésta suba.
Es en esta parte donde entran en acción las posiciones cortas.
La denominación de posiciones cortas en Bolsa es una forma de invertir en el cambiante mundo de este tipo de inversión, aunque con una peculiaridad: habitualmente, cuando pensamos en bolsa, pensamos en ganancias porque los índices suben o las empresas se revalorizan; sin embargo, en el caso de las posiciones cortas, es justo al revés.
En lugar de beneficiarse de las subidas de la bolsa, el beneficio está justo en lo contrario: en las caídas.
El nombre "corto" en el mundo bursátil hace referencia a estar vendido en lugar de estar comprado.
Estas posiciones son utilizadas por los inversores cuando consideran que el mercado o algún índice bursátil concreto va a caer, con el objetivo de obtener una rentabilidad aprovechándose de estas caídas o para su utilización como instrumentos de cobertura, o sea, para protegerse de la volatilidad de los mercados.
Para ello, utilizan acciones u otros valores que no tienen en cartera; es decir, toman prestados títulos de compañías que devolverán en el futuro.
La idea fundamental es comprar estos valores cuando los títulos hayan caído lo suficiente para que la diferencia entre el precio a las que se vendieron y al que las vuelves a comprar generen ganancias.
Se trata de un procedimiento totalmente legal. Otra cosa son los argumentos morales, que como bien es sabido, en el mundo bursátil, muchas veces escasean.
De hecho no todos los brokers aceptan o permiten este tipo de operaciones, aunque hoy en día ya es una práctica tan habitual que son pocos los que reniegan de ella.
Algunos de los factores que nos pueden permitir entender mejor las posiciones cortas en Bolsa son:
En todo caso, muchos han sido los países que han prohibido esta práctica por generar mucha volatilidad en el sistema, entre ellos España (durante un tiempo), Francia, Italia y Bélgica.
A finales de 2012, la CNMV prohibía las posiciones cortas por los riesgos que entrañaba para la reestructuración del sistema financiero español.
Tradicionalmente el ataque de los “bajistas” se centra en los bancos.
Desde el punto de vista técnico, esta práctica bajista aporta liquidez al sistema. Cuando se quieren comprar acciones, es necesario que alguien las venda a través de una especie de alquiler por parte de algún fondo de inversión o plan de pensiones que tienen estos títulos en cartera a largo plazo y, por tanto, inmovilizados.
De esta manera, un título que, a priori, no iba a ser vendido, dota de liquidez al sistema.
Además existen otros mecanismos para acceder a posiciones cortas en Bolsa. Algunos son más utilizados que otros, como la compra de warrants; otros son más arriesgados, como vender futuros de un activo y por último está la compra de invertidos, que funcionan al revés que el mercado, si el mercado gana, ellos pierden y viceversa.
El mercado de posiciones cortas se encuentra más regulado desde el año 2010, cuando la Comisión Nacional para el Mercado de Valores (CNMV) exige que se le comunique cualquier valor cotizado en la Bolsa española que vaya a ser objeto de una posición corta y que supere el 0,2% del capital social; además, también informó que haría públicas para todos los ciudadanos el listado con todos los inversores cuyas posiciones cortas excedieran el 0,5% del capital.
Es muy importante tener claro que estamos operando en un mercado volátil, y más claro aún, que con las posiciones cortas en Bolsa estamos apostando a la caída de un valor; si queremos operar y obtener ganancias en este mundo debemos dejarnos aconsejar por un bróker que entienda el mercado y sepa el momento justo tanto que tenemos que vender como que tenemos que volver a comprar esas acciones para que la rentabilidad sea mayor y no poner en riesgo esos títulos que hemos podido o accedido a alquilar. Invertir a la baja, es todavía más complicado que invertir de forma tradicional. En el sector bursátil las cosas nunca son fáciles.
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