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El objetivo de cualquier inversor es obtener la máxima rentabilidad asumiendo para ello un riesgo razonable; en realidad, esta máxima es una de las más difíciles de aplicar, a pesar de que cada vez son más los gurús económicos y financieros que intentan explicar sus teorías para ganar dinero en bolsa.
Sin embargo, si bien ninguna de estas estrategias se han mostrado lo suficientemente sólidas como para hacernos ganar siempre, sí que existen otras opciones para mejorar nuestra probabilidad de obtener buenos resultados en bolsa.
Entre estas estrategias, se encuentra el rebalanceo de carteras.
Se trata de una alternativa muy interesante, especialmente útil para aquellos inversores que tienen una estructura de inversión muy diversificada, ya sea entre productos con diferentes riesgos (renta fija y renta variable) o aquellos que diferencian entre sectores o áreas geográficas.
Se trata de invertir en varios fondos o valores e ir posteriormente reequilibrando la cartera en función del comportamiento de los valores.
En concreto, esta estrategia se basa en vender caro y comprar barato de forma periódica y constante, la verdadera razón de ser de cualquier inversor privado que se precie.
Si una región o un sector se ha comportado mejor durante un año en concreto, se traspasa parte del valor de esta cartera al que ha mostrado un peor comportamiento.
De esta manera, habremos liquidado posiciones en uno de los fondos con un valor más caro a el fondo que peor comportamiento ha tenido para así tener la opción de mantener una estructura equilibrada en función de nuestra estrategia de inversión.
La estrategia del rebalanceo funciona mejor cuanto mayor sea el horizonte temporal de la cartera de inversión.
La mayor parte de los inversores realiza esta acción de manera periódica, como mucho una o dos veces al año, con el fin de asegurarse la integridad y estructura de la inversión de acuerdo a las necesidades particulares de cada persona.
Es en el largo plazo cuando el rebalanceo ofrece su máximo potencial.
Una de las principales ventajas del rebalanceo es la gestión del riesgo.
El diseño de la cartera debe ir adaptándose temporalmente a nuestro perfil de riesgo, de manera que cuanta más edad tengamos, menor riesgo deberemos asumir, y viceversa. Es aquí donde el rebalanceo de la cartera ejerce su primera función, pues permite ir adaptando este perfil de riesgo a nuestra cartera.
Aquellos activos que están sobreponderados por su buen comportamiento deberán ser vendidos para comprar aquellos que hayan perdido importancia dentro de la cartera.
Además, el rebalanceo aumenta la rentabilidad de la cartera, al estar permanentemente comprando barato y vendiendo caro.
Los expertos calculan que la rentabilidad adicional que logra un inversor que rebalancee su cartera una vez al año en comparación con una cartera no rebalanceada puede llegar a ser de hasta un 1% anual.
Pero su principal ventaja es que lejos de ser una estrategia compleja, está abierta para todos los inversores, con independencia de sus conocimientos sobre finanzas e inversión.
Tan solo es necesario conocer el comportamiento de cada uno de sus activos o fondos dentro de la cartera y, a partir de esta información, saber cuáles están caros y cuáles baratos para vender los primeros y comprar los segundos.
Imaginemos que tenemos una cartera de inversión de 500.000 euros formada en un 50% de renta variable y en un 50% por renta fija.
Debido a la volatilidad en el mercado, la renta variable ha perdido un 2%, mientras que la renta fija ha ganado un 0,5%.
En estas circunstancias, tendríamos títulos de renta variable por valor de 245.000 euros y títulos de renta fija por valor de 251.250 euros., por tanto, la cartera completa tendría un valor total de 496.250, un 49,37% de renta variable y un 50,63 de renta fija.
Con el objetivo de mantener la misma proporción entre renta fija y variable que al comienzo de la inversión y así requilibrar su cartera, el inversor decide vender una parte de renta fija, que han aumentado de precio en el último año y comprar títulos de renta variable, cuyo precio ha descendido.
En concreto, deberá tener 248.125 euros en renta fija y 248.125 en renta variable, para lo cual deberá vender 3.125 euros de renta fija y comprar títulos de renta variable. De este modo, el inversor se está garantizando vender los activos que han subido de precio y comprar aquellos cuyo precio ha descendido.
En definitiva, el rebalanceo de carteras se ha convertido en una estrategia muy interesante, especialmente para aquellos inversores con un horizonte temporal a más largo plazo que están continuamente buscando una rentabilidad adicional por su inversión.
Se trata de una estrategia fácil, que consume muy poco tiempo, con unos costes de transacción muy bajos (recordemos que los fondos de inversión se pueden traspasar sin coste fiscal) y que se adapta a cualquier perfil de riesgo y rentabilidad de un inversor.
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