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Conforme las dificultades para hacerse o contratar una tarjeta de crédito con cualquier entidad bancaria crecen, los usuarios salen más y más escarmentados por las altas comisiones y el descontrol que supone hacer pagos sin tener una estimación directa en todo momento de lo que estamos gastando.
Al final, este tipo de tarjetas de crédito tradicionales suelen ser un agujero negro que a final de mes nos acaba costando más de un disgusto. Al final puede incluso ocasionarse un serio problema por no poder afrontar el pago de la misma y empieza una espiral de comisiones que a veces acaba doblando a la propia deuda.
Es entonces cuando aparece nuestro nombre impreso en fuego en las temidas listas de morosos de ASNEF, algo que ninguno de nosotros deseará que le ocurra jamás por todas las implicaciones que ello conlleva.
La crisis económica se cebó enormemente en el sector de los créditos bancarios, cosa que hace que a la Banca le cueste prestar dinero, y entretanto la morosidad de las familias sigue creciendo. Pero si algo ha propiciado la pasada crisis es el afloramiento de un sinfín de productos alternativos al crédito / préstamo tradicional.
Las tarjetas de prepago son uno de los productos que empiezan a triunfar por toda Europa, una gran alternativa a la tarjeta de crédito tradicional por no tener relación con ASNEF, sin verificación de crédito y con una cuenta propia vinculada a la tarjeta en cuestión y no a tu cuenta bancaria como la mayoría de productos.
Actualmente una de las tarjetas prepago que más éxito está empezando a alcanzar en toda Europa es la VIABUY MasterCard.
Las tarjetas de crédito VIABUY de MasterCard funcionan de forma muy parecida a como lo hacen las tarjetas de prepago para telefonía móvil. Lo primero que hay que hacer (como su propio nombre indica) es cargarla con los fondos con los que queremos dotarla.
De hecho las tarjetas de prepago no tienen asociada ninguna línea de crédito, vienen a ser como las tarjetas de débito pero manteniendo siempre el control sobre lo que queremos gastar con dicha tarjeta. No obstante, a efectos de pago en establecimientos (incluso online) estaremos utilizando una tarjeta de crédito y es aceptada sin problemas en todo el mundo, allí donde sea aceptada MasterCard, de hecho; incluso (a diferencia que algunas tarjetas de débito) como garantía en alquileres de coche.
De esta forma, al tener el dinero asociado a dicha tarjeta no gastaremos más de lo que hay, sin caer más tarde en números rojos y tener sobrecargos por comisiones de descubierto. Sin duda una manera inteligente de administrar el dinero de la forma más eficiente para evitarnos sorpresas y posteriores disgustos.
Sin duda la principal ventaja de este tipo de tarjetas es que están libres de verificación de crédito, lo cual quiere decir que al no estar registradas en dichos organismos que regulan el crédito (ASNEF) pueden solicitarse con la única condición de ser mayor de 18 años. Incluso con calificaciones negativas o entradas en ASNEF, se puede solicitar la tarjeta de prepago VIABUY.
Para los que se encuentran en una situación de quiebra personal es una interesante opción ya que a través de la cuenta asociada a dicha tarjeta protegerán sus ingresos de acreedores, cobradores de deudas y cierres de cuenta.
Como hemos dicho anteriormente, la tarjeta va asociada a una cuenta propia, alejada de cualquier otra cuenta bancaria y bajo jurisdicción de Gibraltar, así los fondos de la cuenta asociada a la tarjeta VIABUY quedan perfectamente protegidos.
Otro de los puntos interesantes de este tipo de tarjetas es el de la protección de identidad, así como de los ahorros. Al no estar directamente vinculada con una cuenta bancaria nuestros datos quedan totalmente protegidos ante robos de identidad, phising o un mal uso de la misma. Este tipo de prácticas fraudulentas son un auténtico quebradero de cabeza para la banca tradicional y con una tarjeta de este tipo podemos proteger nuestros ahorros tanto al operar online como en comercio tradicional.
Este tipo de tarjetas nacieron como un complemento a las tarjetas tradicionales, pero actualmente están empezando (en muchos casos) a sustituirlas por la comodidad y seguridad que ofrecen, sobre todo a la hora de hacer pequeñas compras tanto en comercios tradicionales como en ecommerce.
Los depósitos en efectivo en bancos y cajeros automáticos, y las transferencias SEPA, son totalmente gratuitas.
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