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La tecnología está avanzando a pasos agigantados, la evolución lógica de una sociedad tan globalizada lleva a comportamientos técnicos enfocados a facilitarnos la vida y a que la comodidad del día a día quede inmersa en todos los actos cotidianos. ¿Y qué hay ya más cotidiano que hacer las compras mediante tarjetas de crédito o de débito?
Si hace 50 años dijéramos a nuestros abuelos que actualmente estamos pagando con una tarjeta de plástico no darían crédito a nuestras palabras.
Dicha evolución, dentro del mundo de la banca, va no sólo orientado a proporcionar métodos de pago cada vez más seguros, sino también a la comodidad antes mencionada. La comodidad de pago en este caso viene relacionado con la rapidez con la que uno puede efectuar dicha transacción, y en cierta manera es hacia donde se orienta esta nueva tecnología llamada "contactless".
En realidad visualmente no tienen nada raro, parecen una tarjeta normal como la que seguramente tienes actualmente pero la novedad es que tienen un chip oculto equipado con tecnología NFC. La tarjeta te permite realizar tus compras de una forma más rápida y cómoda que con las tarjetas actuales, y por supuesto (dicen) con la misma seguridad. ¿Pero es cierta esta afirmación? (una líneas más abajo aclaramos este concepto)
El funcionamiento de estas tarjetas es muy sencillo, basta con acercar la tarjeta a un terminal identificado como Contactless (ver foto adjunta), sin necesidad de introducirla o pasarla por el lector de banda magnética. Gracias a su tecnología inalámbrica podrás efectuar el pago.
Si estás en una tienda sólo tienes que indicarle al dependiente que quieres pagar mediante contactless, él tecleará el importe y ti sólo tienes que acercar la tarjeta sobre el terminal TPV. En el caso de máquinas (como por ejemplo las que cobran el servicio de parking) es mucho más sencillo y rápido. El terminal muestra el importe a pagar, acercas la tarjeta y listo.
Una cosa importante a tener en cuenta es que debemos saber que los pagos a través de este servicio (sin PIN) están limitados a las compras menores de 20 euros. Así,
No hace falta decir que en los establecimientos en los cuales no dispongan de este tipo de terminales "Contactless" la tarjeta es igualmente válida, pudiéndose realizar el pago como hacemos con cualquier otra de las tarjetas corrientes que actualmente estamos utilizando.
Pero también hay que decir que en esta vida no hay nada perfecto, y que aunque los bancos están intentando instalar esta tecnología a marchas forzadas (el Banco Sabadell por ejemplo es uno de los que están acelerando la integración de ésta) todavía queda mucho por hacer.
Bajo nuestro punto de vista este tipo de tarjetas no aportan nada nuevo al usuario, quedando incluso más vulnerable que con las tarjetas tradicionales al estar expuesto a compras fraudulentas por importes menores de 20 euros de manera muy sencilla en caso de sufrir el robo de su tarjeta.
La diferencia entre acercar la tarjeta o pasarla por el lector de bandas magnéticas no compensa en absoluto el cambio de formato por el que está apostando la banca; al menos de momento. Además dicha tecnología NFC parece ser que tiene que mejorar mucho todavía ya que la comunicación entre el emisor (el chip de la propia tarjeta) y el receptor (el terminal TPV) suele fallar, por lo que es necesario encontrar el ángulo perfecto mediante el cual ambas puedan comunicarse de forma correcta.
Veremos qué nos depara el futuro más inmediato y cómo trabajan para solucionar los problemas que hemos comentado.
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