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Tanto si quieres pasar de autónomo a empresa como si quieres crear una nueva empresa desde el principio, has de saber que existen muchos tipos de sociedades, y aunque la más habitual suele ser la limitada (o la sociedad anónima en caso de grandes empresas) puede ser que bajo ciertas circunstancias te interese otra.
Vamos a comentar las principales sociedades que se pueden crear, con las particularidades de cada una y en qué situaciones pueden interesarte más.
Sociedad limitada. Es la sociedad preferida por las personas que se pasan de autónomo a empresa, y para muchos de los que empiezan, ya que es una sociedad mercantil con responsabilidad limitada al capital aportado (mínimo 3000 euros), que permite su constitución desde un único socio. Su fiscalidad se rige por el impuesto de sociedades, que con carácter general tributa al 30% aunque los primeros 120.000 euros tributan al 20%. Suele ser el tipo de sociedad más utilizado. Es un tipo de sociedad similar a la de anónima pero con un máximo de 50 socios y sin posibilidad de cotizar en bolsa. Los estatutos son más simples que la S.A. La responsabilidad está limitada al capital aportado. Es la más frecuente.
Debes estudiar todos estos detalles y las características de cada sociedad antes de tomar una decisión, y en caso de dudas consultar con un asesor.
Lo general es que se tienda a una sociedad limitada en la mayoría de los casos, aunque se puede mirar las demás opciones si se considera que otra podría encajar mejor.
Otro tipo de sociedad que se está utilizando últimamente es la sociedad limitada nueva empresa por su rapidez, bajo coste y facilidad de creación.
Para los que además de dinero aportan trabajo, o pertenecen a un mismo sector y quieren unirse, las opciones podrían estar entre sociedad civil, comunidad de bienes y sociedad comunitaria.
Para los que tienen otras miras, si se quiere algo grande o de cara a la bolsa la sociedad anónima es una decisión acertada (aunque más compleja que otras opciones), mientras que la sociedad colectiva es mucho más fácil de crear y es para cuando hay muchos socios.
Otra opción puede ser constituirse como autónomo, o empresario individual, ya que de esta forma ni hay capital social ni grandes gastos ni trámites costosos y difíciles. En solo unas horas se puede tener ya todo listo para iniciar la actividad. Eso sí, la responsabilidad es ilimitada, por lo que si surge algún imprevisto o hay deudas pendientes se harán frente con los bienes de la propia persona.
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