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El sector de los minicréditos tuvo su fuerte explosión en España a partir de 2008, debido a la crisis económica y a la incipiente digitalización de la banca y de otras empresas que ofrecían productos financieros.
La gran demanda de estos minicréditos a corto plazo trajo en los años siguientes la aparición de un gran número de empresas que ofrecían este tipo de productos, alguna de ellas de dudoso origen, y que aprovechaban en ocasiones la necesidad de las personas para imponer condiciones y contratos que bordeaban la legalidad.
A lo largo de estos años el sector ha sido regulado y los procesos se han agilizado gracias a la digitalización. Las empresas de dudosa procedencia y con dudosas intenciones han ido desapareciendo y a día de hoy quedan las que ofrecen un buen producto y un gran servicio. Entre ellas una de las preferidas por los españoles es Wannacash.es, que ofrece pequeños préstamos de hasta 750 € a devolver en 1 mes para hacer frente a imprevistos que no pueden esperar. Los nuevos clientes pueden conseguir el dinero que necesitan sin costes ni intereses, incluso permite solicitar préstamos rápidos con ASNEF.
Para llegar a este punto, en el que han quedado en el mercado las mejores empresas de minicréditos, la mayoría de lo que queda son en realidad comparadores, hay que explicar la evolución de estos pequeños créditos.
El concepto de minicrédito, o crédito rápido, comenzó a ganar terreno en España a finales de la década de 2000. Durante estos años, la crisis económica global dejó a muchas personas con dificultades financieras, creando una demanda creciente de soluciones crediticias inmediatas. Los primeros prestamistas de minicréditos ofrecían pequeñas cantidades de dinero con un proceso de aprobación simplificado y plazos de devolución cortos, pero las solicitudes y aprobaciones aún eran mayoritariamente presenciales.
En 2011, la Ley 16/2011 de Contratos de Crédito al Consumo proporcionó un marco regulatorio que ayudó a estructurar el mercado de los minicréditos. Esta regulación obligaba a los prestamistas a ofrecer información clara sobre los costes y términos del crédito, mejorando la transparencia y la protección del consumidor. Durante este periodo, la oferta de minicréditos se expandió significativamente, con un aumento en el número de prestamistas que entraban al mercado.
La digitalización comenzó a jugar un papel más importante. Las entidades financieras empezaron a implementar sistemas en línea para la solicitud y aprobación de créditos, lo que facilitó el acceso y agilizó los procesos. Los consumidores podían solicitar préstamos desde la comodidad de sus hogares y recibir el dinero en sus cuentas bancarias en cuestión de horas.
Con el avance de la tecnología, los créditos rápidos se digitalizaron casi por completo. Las plataformas en línea y las aplicaciones móviles se convirtieron en los canales predominantes para la solicitud de minicréditos. Los algoritmos de evaluación crediticia y el análisis de datos permitieron a las empresas evaluar el riesgo de los solicitantes de manera más precisa y rápida, mejorando las tasas de aprobación y reduciendo los tiempos de espera.
La digitalización también trajo consigo una mayor competencia en el sector. Nuevas fintechs y startups entraron al mercado ofreciendo productos innovadores y personalizados. Las plataformas comparadoras de préstamos surgieron, permitiendo a los consumidores comparar fácilmente diferentes ofertas y elegir la que mejor se adaptaba a sus necesidades.
La pandemia de COVID-19 tuvo un impacto significativo en el mercado de los créditos rápidos. La crisis económica resultante aumentó la demanda de soluciones de financiación de emergencia, y muchos consumidores recurrieron a los minicréditos para hacer frente a la pérdida de ingresos y gastos imprevistos. El aumento de la demanda no ha significado el aumento de empresas prestamistas, ya que el mercado se ha ido estabilizando y quedan las que son mejor valoradas por los clientes.
La digitalización fue crucial durante este período, ya que permitió a las personas acceder a créditos sin salir de sus casas, respetando las medidas de distanciamiento social.
En la actualidad, la tendencia hacia la digitalización y la automatización continúa. Las innovaciones en inteligencia artificial y aprendizaje automático están mejorando aún más los procesos de evaluación crediticia, permitiendo una personalización y una rapidez sin precedentes. Además, la integración de tecnologías como blockchain está comenzando a transformar aspectos del sector, proporcionando mayor seguridad y transparencia en las transacciones.
La digitalización financiera ha traído múltiples ventajas al mercado de los créditos rápidos:
Accesibilidad: La posibilidad de solicitar créditos en línea o a través de aplicaciones móviles ha democratizado el acceso a la financiación, permitiendo a personas en áreas remotas o con limitaciones físicas acceder a estos servicios.
Rapidez: La automatización de los procesos de solicitud y aprobación ha reducido drásticamente los tiempos de espera. Los consumidores pueden obtener un crédito en cuestión de minutos.
Transparencia: La competencia y la disponibilidad de información en línea han obligado a los prestamistas a ser más transparentes con sus términos y condiciones, mejorando la protección del consumidor.
Conveniencia: Los consumidores pueden gestionar sus préstamos y realizar pagos en línea, sin necesidad de acudir a una oficina física.
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