La necesidad de crear un fondo de emergencia

Cualquier familia debería tener unos ahorros que constituyan un fondo de emergencia que sólo se utilizará ante imprevistos.

En hecho de tener este fondo nos puede evitar grandes problemas ante situaciones cotidianas. La rotura de un electrodoméstico, la avería del coche o una multa son cosas que antes o después van a ocurrir y si no tenemos un remanente tendremos problemas para afrontar ese gasto extra.

En demasiadas ocasiones para hacer frente a esos imprevistos deberemos acudir a la financiación externa tipo créditos rápidos, tarjetas de crédito o financieras con lo que el coste se va a disparar.

Por ello es importante tener un fondo para emergencias, y mucho más ahora que difícilmente se llega a final de mes y que conseguir financiación es bastante complicado además de muy caro.

Teniendo en cuenta el nivel de desempleo acceder a financiación externa en muchos casos puede resultar misión imposible.

 La cantidad que debemos ahorrar en ese fondo dependerá por un lado de la renta disponible y de la cuantía de los posibles imprevistos.

Muchas personas que estén leyendo esto posiblemente piensan que es imposible crear un fondo de emergencias si ni tan si quiera llegan a final de mes. La respuesta es que hay que hacer un esfuerzo, ya que muchos pocos suman un mucho.

Una familia de pocos recursos deberá plantearse objetivos de ahorro pequeños, de por ejemplo 10 ó 20 euros al mes.

Precisamente cuanto menores sean nuestros ingresos más vulnerables somos a los imprevistos, y por tanto más importante es tener este fondo. ¿Qué pasaría si mañana se nos rompe la nevera o la caldera?

Características principales del fondo de emergencias

1.- Fijar objetivos de ahorro: debemos plantearnos cuanto dinero debemos ahorrar como mínimo en ese fondo. Para una familia con ingresos bajos 500 euros para un imprevisto puede ser suficiente, para otras con alto nivel de endeudamiento (hipoteca) a lo mejor necesitan tener en el fondo el equivalente a 6 mensualidades de préstamo hipotecario.

2.- Fijar objetivos mensuales: se trata de ahorrar cada mes hasta llegar a los ahorros fijados en el punto 1. Es importante ser realistas y ponernos como meta una cantidad realista. Es mejor fijarse 20 euros al mes y cumplirlo cada mes que fijarnos 200 euros y al ver que fracasamos abandonar. Como recomendación debemos transferir el dinero a la cuenta de ahorro a primeros de mes, ya que si esperamos al final posiblemente ya no haya dinero.

3.- Guardar el dinero: Es muy importante tener el dinero del fondo para imprevistos por separado de nuestro dinero para gastos corrientes, también es importante que no lo tengamos a mano para evitar tentaciones (no vale tenerlo en casa). Así que hay que hacer una cuenta aparte que tenga total disponibilidad (nunca sabemos cuando surgirá el imprevisto) y por supuesto que no tenga comisiones. Si además de todo lo anterior nos dan una rentabilidad mucho mejor. Hay varias cuentas que pueden cubrir estas características, pero que cumpla todo lo anterior y además paga un 0,80% desde el primer euro es la Cuenta COINC de Bankinter, que es la que recomendamos. Además tiene una herramienta que ayuda a fijar objetivos de ahorro, algo que nos ayudará en este caso.

Por descontado ese dinero nunca debemos tocarlo para nada que no sean los imprevistos para los que hemos ahorrado. Si al final gastamos el dinero en un viaje no habrá merecido la pena el esfuerzo y volveremos a estar como al principio.

La prioridad del fondo es hacer frente a gastos imprevistos, pero una vez conseguidos los objetivos fijados no deje de ahorrar. Muchos economistas recomiendan tener en el fondo el equivalente a los gastos mensuales de 3 a 6 meses de nuestra familia.

Los gastos serían la suma de letras mensuales, luz, seguros, alimentación, etc. Así , en el caso de tener algún tipo de emergencia, o incluso dejar de ingresar por el motivo que sea, la paga de uno de los miembros de la familia (o pasar una mala racha) podremos tirar de esos ahorros en vez de solicitar un crédito rápido, algo que a la larga puede llevarnos a una situación bastante complicada si no sabemos gestionarlo bien.