¿Qué son las cuentas sin nómina?
Cuando una cuenta corriente te exige la domiciliación de tu nómina o pensión se la conoce como cuenta nómina y, por extensión, a las que no solicitan la domiciliación de ingresos como requisito se les ha puesto el nombre de cuentas sin nómina.
Ofrecen la misma operativa que cualquier cuenta corriente: vinculación de tarjetas de débito y crédito para pagar en comercios o sacar dinero en cajeros, realización de transferencias e ingresos, domiciliación de recibos y por supuesto, domiciliación de la nómina, aunque no sea obligatorio pero se puede hacer igualmente.
Dentro de este tipo de cuentas corrientes existe mucha variedad.
Puedes encontrar cuentas para jóvenes, cuentas con comisiones, sin comisiones o cuentas que exigen otros tipos de requisitos para poder quitarte las comisiones.
Suelen ser muy habituales en los bancos online, donde no te suelen exigir ningún tipo de condición para que la gestión y operativa con tu cuenta sea totalmente gratis.
Este tipo de cuentas son un producto muy utilizado por aquellas personas que ya tienen la nómina domiciliada en otra entidad y a las que les interesa abrir una cuenta en otro banco para beneficiarse de algún depósito a plazo fijo o de algún otro producto interesante sin tener que cambiar sus ingresos de banco.
Otros requisitos que pueden pedir las cuentas sin nómina
Aunque existen muchas cuentas corrientes que no exigen domiciliar los ingresos ni piden ningún otro requisito para evitar las comisiones, existen entidades que exigen cumplir otras condiciones para poder disfrutar de las ventajas de no pagar por la administración, las tarjetas ni las transferencias.
A continuación algunos de los requisitos que pueden pedir:
- Domiciliación de recibos. El pago automatizado de recibos domésticos como la luz, el agua o el teléfono, con un mínimo de recibos al mes o al trimestre, puede ser requerido por el banco.
- Utilización de tarjetas. Puede ser que tengamos que realizar un número mínimo de compras o gastar una cantidad mínima durante el año.
- Saldo medio. Mantener durante el año un saldo medio superior a cierta cantidad, que suele rondar los 2.000 euros.
- Realizar ingresos periódicos. Aunque no sea necesario domiciliar los ingresos, algunas entidades exigen que la cuenta sin nómina reciba cada mes un ingreso de un importe mínimo.
Lo más habitual es que si te exigen alguno de estos requisitos sólo sea necesario cumplir uno de ellos, o como mucho dos.
Cómo elegir la mejor cuenta sin nómina
La elección de una cuenta sin nómina puede estar provocada por dos motivos: que no dispongas de ingresos y no puedas contratar una cuenta nómina o que ya tengas los ingresos domiciliados y quieras contratar una cuenta en otro banco sin cambiar donde recibes la nómina y sin tener que pagar comisiones.
Para la elección de una cuenta que no pida la domiciliación de tus ingresos debes tener en cuenta varias características:
- Otros requisitos. Antes que nada hay que ver si se exige cumplir otros requisitos, como los que se han mencionado anteriormente. Si es así y podemos cumplirlos entonces no hay problema, pero si no podemos, es mejor no contratar la cuenta porque no te podrás beneficiar de la ventajas y seguramente tendremos que pagar comisiones. También está la posibilidad de buscar una cuenta sin requisitos ni comisiones, como la mayoría de las cuentas online.
- Sin comisiones. Ya sea cumpliendo otros requisitos o no teniendo que cumplir ninguno, hay que buscar una cuenta que no cargue comisiones por operaciones como realizar transferencias, por mantenimiento o por disponer de tarjetas de débito o crédito. Sólo se deberá acceder a pagar comisiones en el caso de que te interese ser cliente de ese banco por algún motivo que te compense, como un diferencial muy bajo en una hipoteca variable.
- Ventajas de pertenecer al banco. El motivo por el que nos interesa abrir una nueva cuenta corriente en otro banco distinto al que ya tenemos domiciliada nuestra nómina suele ser que nos ofrecen una serie de beneficios que nos interesa aprovechar, como pueden ser depósitos a plazo fijo con una rentabilidad interesante, tarjetas de crédito gratuitas o con descuentos, préstamos con bajos intereses, planes de pensiones rentables o hipotecas con diferenciales bajos. Dependiendo de si el beneficio obtenido es mayor o menor, los dos puntos anteriores tendrán más menos importancia.