Los depósitos estructurados son un producto de inversión con
cada vez más adeptos, su característica es que garantizan el capital invertido e
incluso una rentabilidad pero el máximo de rentabilidad se obtiene en
referencia a la evolución del valor de un índice bursátil, la cotización de una
cesta de acciones o cualquier otro tipo de referencia.
El hecho de que el Banco de España limitase los tipos de interés en los depósitos tradicionales ha dado
nuevas fuerzas a este tipo de depósitos. Casi todos los bancos están ofertando
depósitos estructurados con cierta frecuencia.
Los depósitos estructurados ofrecen una rentabilidad
superior a las tradicionales imposiciones a plazo fijo, pero si se cumplen unas
condiciones.
Por un lado son depósitos ya que el capital está asegurado y
cubierto por el Fondo de Garantía de Depósitos, y al mismo tiempo son un producto
estructurado al estar vinculada la rentabilidad a la evolución de un índice o
una cesta de acciones.
Además, al tratarse de depósitos, las rentabilidades están
fijadas de antemano.
Las rentabilidades siempre serán dos, una rentabilidad para
el caso de que no se cumpla el requisito y otra rentabilidad en el caso de que
sí se cumpla, y siempre el requisito ha de cumplirse en la fecha de finalización
del depósito.
Si por ejemplo la rentabilidad de un depósito está vinculada a la
cotización del IBEX35 tendremos por ejemplo estas 2 posibles rentabilidades:
- Si a la fecha de vencimiento la cotización del IBEX 35 es
inferior a la cotización en la fecha de
contratación la rentabilidad será del 0,50%.
- Si al vencimiento la cotización del IBEX 35 es igual o mayor
que la cotización en la fecha de contratación la rentabilidad será del 3,60%.
- Esto quiere decir que el inversor ganará un 0,50% si el IBEX
baja y un 3,60% si el IBEX sube. La rentabilidad será totalmente independiente
de lo que suba o baje el IBEX.
- SI el IBEX subiese un 15% el inversor ganará el
3,60% pactado.
- En el caso de que bajase un 10% el inversor recuperaría su
dinero y obtendría una rentabilidad del 0,50%.
Contratar un depósito estructurado
A la hora de contratar este tipo de depósitos es importante
tener claro lo que contratamos y que sea realmente un depósito
estructurado Garantizado, ya que hay productos financieros parecidos que
invierten parte en renta fija y parte en renta variable pero no son depósitos, son
otros tipo de productos con la etiqueta “estructurados” que pueden llevar a
confusión y son productos complejos y con riesgo.
Hay que estar atentos y leer
bien el contrato para estar seguros de que lo que se contrata es un depósito
estructurado y garantizado por el FGD.
Hasta aquí la explicación de lo que son este tipo de depósitos.
Ahora
veremos las principales diferencias a tener en cuenta respecto a los depósitos bancarios tradicionales:
- Periodo de contratación: tienen un plazo de contratación
fijo, con una fecha concreta. Después de la fecha fijada no pueden contratarse. En
el caso de depósitos tradicionales pueden contratarse en cualquier momento.
- Cancelación: al ser un producto que invierte parte del
dinero en renta variable en caso de cancelación anticipada la penalización es
muy superior a la de los depósitos tradicionales, llegando incluso al 4%. Por
tanto hay que invertir dinero que no se vaya a necesitar durante la vida del
depósito.
- Plazos: lo habitual es un plazo de 18 meses, aunque existen
depósitos estructurados con plazo diferente pero es raro que salgan de la
horquilla de los 12 a los 24 meses. En depósitos estándar podemos encontrar
plazos de 3 ó 6 meses o de muchos años.
- Rentabilidad: en un depósito nos suelen explicar la
rentabilidad anual o TAE, en los estructurados nos suelen decir el interés al
finalizar. Así si un depósito estructurado a 18 meses nos ofrece una
rentabilidad del 3,25% se trata de la rentabilidad a 18 meses que significa una
rentabilidad real del 2,15% anual (leer muy bien la letra pequeña).
- Garantías: al igual que los depósitos el dinero está
garantizado hasta 100.000 euros por el FGD.