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Cuando una empresa necesita liquidez, puede obtenerlo de diversas formas, dentro de las cuales destaca la obtención de financiación a través de las entidades financieras de varios modos, entre los que destaca la concesión de préstamos o la apertura de líneas de crédito.
Sin embargo, cuando las empresas aplazan el pago de las ventas a sus clientes, pueden obtener el adelanto de este pago a través de una entidad financiera, lo que constituye un método de financiación alternativo y muy habitual.
Este método se conoce como descuento de pagarés.
Para explicar el mecanismo de financiación a través del descuento, antes es conveniente recordar que debemos disponer de una serie de documentos que recogen la existencia de una deuda en favor de nuestra empresa como consecuencia de la venta de un producto o la prestación de un servicio a otra empresa o un particular.
Estos documentos pueden revestir diversas formas, pero los más habituales son la letra de cambio y especialmente el pagaré.
Este instrumento no es más que un documento que contiene una promesa de pago en favor de una segunda persona o empresa, estableciéndose en la misma el período de tiempo en el cual tiene que ser satisfecha así como su cuantía.
El proceso es, por tanto, sencillo de entender: una empresa presta un servicio a su cliente, acto seguido emite una factura, ofreciéndole diferentes modalidades de pago entre las que se encuentra el aplazamiento por un período de tiempo.
El cliente, a su vez, opta por este aplazamiento firmando un pagaré con dicho importe a pagar dentro de seis meses y, una vez transcurrido este período de tiempo, satisface la cuantía pactada.
Esta es la razón por la que se llama pagaré: porque una empresa pagará el importe dentro de un período de tiempo, pero no hoy.
Es habitual que muchas empresas con políticas de aplazamiento de pago se enfrenten a problemas serios de liquidez. En efecto, una empresa puede encontrarse con una cantidad elevada de cobros pendientes pero tener que satisfacer muchos pagos en los próximos días, como las nóminas, las materias primas a los proveedores o los costes de Seguridad Social, por ejemplo.
El descuento de pagarés evita estos problemas de liquidez; mediante este método de financiación las empresas presentan los documentos de sus clientes a las entidades financieras (también llamados efectos comerciales), para que éstas anticipen la cuantía a satisfacer por ese importe, deduciendo del mismo una determinada cantidad, llamada descuento, en concepto de gestión del cobro y para obtener un lucro del mismo.
La cuantía a descontar del importe del pagaré lo establece el banco de manera unilateral, y se trata de un porcentaje del total del pagaré conocido como tasa de descuento, que suele consistir en un tipo de interés anual pero repercutido sobre los días que resten al vencimiento del efecto.
Es decir, si el tipo de descuento es del 10% anual, y hemos llevado a negociar al banco un pagaré por importe de 1.000 euros con vencimiento a seis meses (o 180 días), la cuantía a descontar del efecto será de 50 euros y su cálculo se realizará de la siguiente manera:
Total a descontar = 1.000 * 10% * 180 / 360 = 50 €
A este importe habrá que añadir otras comisiones y gastos relacionados directamente con la gestión del pagaré, como la comisión de apertura o el impuesto sobre actos jurídicos documentados (AJD), entre otros.
Aunque la entidad financiera haya concedido la financiación a la empresa proveedora del servicio a través de la gestión del pagaré, la deuda de la empresa cliente sigue existiendo, y en este caso se traslada la gestión de cobro al banco.
Dadas estas circunstancias, cabría preguntarse ¿quién es en este caso la entidad que asume el riesgo de impago del pagaré? ¿La entidad financiera o la empresa proveedora?
Evidentemente, la deuda con la empresa cliente sigue existiendo, aunque el cobro se traslada a la entidad financiera salvo buen fin.
De esta manera, el riesgo de impago sigue siendo asumido por la empresa proveedora del producto o servicio, en lugar de ser asumido directamente por la entidad financiera.
Si una vez llegado el vencimiento del descuento el cliente no paga, la entidad bancaria cargará en la cuenta bancaria de la empresa proveedora del servicio el importe total de la cuantía impagada, además de los correspondientes gastos de devolución.
En cualquier caso, el descuento de pagarés constituye un método de financiación rápido, cómodo y con un coste no excesivamente alto al que las empresas suelen recurrir de manera habitual, en especial aquellas que facilitan el aplazamiento del pago a sus clientes.
(Nota : en el cálculo de la cantidad descontada se ha utilizado 360 para facilitar el cálculo y por ser la cantidad de días utilizadas en las operaciones comerciales.)
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