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El escenario financiero para 2019 es muy similar al que hemos visto en el año 2018, según la mayoría de los analistas financieros: bajos tipos de interés, alta volatilidad y la continunidad en la asimetría de políticas monetarias en Europa y Estados Unidos, con un Banco Central Europeo que seguirá, e incluso intensificará, los estímulos monetarios con el objetivo de frenar la deflación y una Reserva Federal que continuará con el aumento de tipos de interés de forma progresiva a lo largo de los próximos doce meses.
Estas circunstancias seguirán haciendo que la rentabilidad en Europa siga estancada, en especial en los productos de renta fija, tales como depósitos bancarios y bonos soberanos.
Los ahorradores que inviertan en este tipo de activos tendrán que asumir, incluso, una rentabilidad real negativa, en especial si se produce el esperado repunte inflacionario.
Así, los plazos fijos seguirán siendo una forma de preservar nuestro capital, pero sin esperar grandes rendimientos por nuestro dinero.
Tal es este punto que muchos analistas apuestan incluso por mantener nuestro dinero en efectivo.
En 2018, la liquidez será un activo más a considerar dentro de nuestras carteras, y no solo por la total disponibilidad con que cuenta esta forma de ahorro, sino también porque la deflación ayudará a aumentar los rendimientos reales de nuestro dinero.
Los bonos a muy largo plazos han dejado de ser una opción ya que, en previsión de una subida de tipos de interés en Europa, lo que previsiblemente acabara produciéndose en unos pocos años, el coste de oportunidad será muy elevado y los ahorradores pueden estar perdiendo una atractiva posibilidad de inversión.
Por esta razón, los ahorradores deberán ir un paso más allá y asumir un cierto riesgo por su dinero si quieren encontrar alternativas reales de rendimiento.
Aquí es donde entran en acción los fondos de inversión y otros instrumentos que han conseguido en los últimos años una rentabilidad lo suficientemente atractiva.
Los fondos de inversión pueden ser la alternativa que muchos ahorradores buscan en 2019. Su gestión profesional y su amplio abanico de posibilidades ha permitido aumentar el patrimonio gestionado por estos rendimientos en los últimos años.
Los fondos de inversión han dejado de ser ese producto complejo pensado para grandes riquezas, y el inversor podrá acceder a muchas opciones de gestión: renta fija, renta mixta, renta variable, garantizados, retorno absoluto,...
La mayoría de analistas coinciden en que las perspectivas para este tipo de producto para 2019 son bastante halagüeñas. Con los tipos de interés en mínimos históricos, la bolsa europea será una de las grandes protagonistas en el nuevo año.
Y es que a falta de oportunidades en la renta fija, la renta variable asumirá el peso de las grandes inversiones. En este sentido, quienes mejor pueden hacerlo son aquellas compañías europeas con gran potencial de crecimiento.
No obstante, no hay que olvidarse de las comisiones. Nuestro capital en fondos de inversión tiene que pasar por caja, lo que puede reducir sensiblemente la rentabilidad obtenida por el fondo.
Existen, no obstante, fondos de gestión pasiva como los ETFs que replican las acciones de un índice bursátil y por el que tendremos que pagar menos comisiones. Y tiene pinta de que los índices europeos van a funcionar bien este año, a no ser que se produzcan verdaderos cisnes negros que condicionen la evolución de las acciones de las compañías europeas.
Los fondos de inversión y los planes de pensiones serán los instrumentos de inversión mejor posicionados en 2019 para colocar nuestros ahorros.
Todavía existen muchas personas escépticas que ven estos productos como una forma de arriesgar sus ahorros pero, en realidad, existen multitud de opciones que garantizan nuestro capital y que, además, son fiscalmente mucho más atractivas, como en el caso de los planes de pensiones garantizados o de renta fija.
No hay que olvidar en la importancia de la liquidez en 2019. Bien sea a través de productos que puedan ser vendidos en el momento que el inversor así lo desee o bien manteniendo saldos en efectivo, tener dinero líquido va a ser muy importante en los próximos doce meses para poder acceder a una gestión mucho más flexible de nuestra inversión.
En definitiva, 2019 se presenta como un año bastante atractivo para los fondos de inversión, pero no tanto para la renta fija. Cómo se desarrollen los acontecimientos en este año condicionará lo que ocurra también en 2020, pero todo hace indicar que no debemos esperar grandes cambios en los años venideros, aunque se empìece a hablar últimamente de una nueva recesión económica.
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