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Invertir en diamantes es una sofisticada manera de diversificar el portfolio de nuestra cartera de inversión y, al mismo tiempo, ganar en seguridad a largo plazo.
Para la mayoría de las personas, los diamantes son fundamentalmente concebidos como un elemento ornamental integrado dentro de una joya, ya se trate de un anillo, un colgante o una pulsera.
No obstante, la inversión en diamantes tiene una característica diferenciadora respecto a la realizada sobre estos metales preciosos.
Las fuertes fluctuaciones de éstos en los últimos años no suelen ser propias del mercado de los diamantes. Al contrario, la rentabilidad obtenida con estos últimos se hace palpable con el paso de los años, aproximadamente entre 15 ó 20 años.
Tradicionalmente, los Estados Unidos han sido el país con mayor peso específico en lo concerniente a la inversión en diamantes. No obstante, China y la India cuentan también con un nutrido sector de inversores.
Por otra parte, existen un total de cinco Bolsas de diamantes en el mundo: Londres, Nueva York, Tel Aviv, Bombay y Amberes; siendo ésta última la más importante al funcionar como "hub" centralizado por el que pasan más de la mitad de las operaciones internacionales sobre diamantes.
Suponiendo que podamos permitírnoslo, la inversión en diamantes implica una serie de beneficios para el inversor con mentalidad largoplacista.
- Estabilidad de precios y revalorización: Al contrario de lo que ocurre con otros bienes muebles cuyo valor pueda verse reducido con el paso del tiempo debido a un progresivo envejecimiento, los diamantes conservan su valor intacto. Además, la estabilidad de precios y una media histórica de revalorización anual de entre un 4 y un 16%, convierten a los diamantes en un excelente seguro contra la inflación, así como contra las crisis económicas.
- Convertibilidad: Los diamantes son un bien aceptado en prácticamente cualquier lugar del mundo. Ahora bien, en caso de querer venderlos, necesitaremos acudir a expertos diamanteros o casas de subastas profesionales para asegurarnos de que obtenemos un precio justo.
- Transportabilidad y reducido mantenimiento: Las piedras de pequeño tamaño pueden ser transportadas fácilmente. Por otra parte, y dejando de lado la necesidad de conservar los diamantes en un lugar seguro, los diamantes tienen unos gastos de mantenimiento nulos.
- La propiedad no está gravada con impuestos: Al contrario que ocurre con los bienes raíces, tener diamantes en propiedad no implica el pago de impuestos.
- Progresiva escasez: Las estimaciones apuntan a que en el año 2050, las principales minas de diamantes del mundo se habrán agotado, lo cual es un excelente indicio de la apreciación que puede experimentar esta piedra preciosa con el paso del tiempo.
Existen muchas alternativas a la hora de invertir en diamantes, si bien cada una de ellas implica unos factores muy diferenciados.
- Compra de “diamantes de inversión”
Desde hace algún tiempo, algunas entidades comercializan lo que se conoce como diamantes de inversión. Unos diamantes con unas características muy específicas en lo que se refiere al peso, color, corte y pureza, las cuales los convierten en piedras preciosas especialmente valiosas.
- Compra de piezas raras y de gran tamaño
Sin lugar a dudas, las mejores inversiones en diamantes son las que tienen lugar sobre piezas muy raras o de gran tamaño. Los diamantes de colores escasos, como el codiciado diamante negro, así como las piedras preciosas de varios quilates suponen una gran inversión debido a que su escasez posibilita una rápida revalorización.No obstante, es necesario destacar que este tipo de diamantes están sólo al alcance de grandes fortunas.
- Participación en Fondos de inversión en diamantes y compra de acciones de compañías mineras cotizadas
Los primeros son fondos cotizados en Bolsa, cuyas participaciones pueden ser adquiridas por los inversores. La inversión de compañías mineras puede ser igualmente una forma indirecta de poner parte de nuestro capital en estas piedras preciosas.
Como en toda inversión existen una serie de condicionantes que pueden afectar a la rentabilidad, sobre todo si no somos expertos en la materia, es por ello que debes tener en cuenta varios factores que podrían poner en peligro no solo la rentabilidad sino la inversión en si misma. Veamos cuáles son estos peligros:
- Compra de joyería con diamantes incrustados
La joyería con diamantes no puede ser considerada una buena forma de inversión. Los exorbitados márgenes que se cargan en calidad de diseño y marca generan que el precio de venta supere ampliamente el valor intrínseco de los diamantes o el metal precioso utilizado. La joyería debería ser comprada con un claro propósito de disfrute personal y no como forma de inversión. Es cierto que, en caso de necesidad, siempre podemos empeñar o malvender este tipo de bienes, pero difícilmente obtendremos una rentabilidad positiva.
- Polémica por la sobrevaloración de diamantes por parte del E.G.L.
El European Gemology Laboratory fue recientemente excluido del inventario del prestigioso grupo Rapaport. Éste último, además de comercializar con diamantes, es el responsable de la publicación semanal de los listados Rapaport, los cuales dan referencias específicas de los precios de los diamantes en el sector profesional.
El fundador de esta entidad, Martin Rapaport ha argumentado esta decisión indicando que los certificados de la E.G.L. tienden a atribuir a los diamantes un valor muy superior al adecuado, de acuerdo con los criterios de graduación que en el año 1975 estableciera el G.I.A. (Laboratorio Gemológico Americano), y que son reconocidos en todo el mundo.
Por tanto, conviene extremar la precaución si se invierte en diamantes pagando por ellos un precio referenciado a un certificado del E.G.L. Podríamos estar llevando a cabo una inversión excesivamente costosa.
- Manipulación del precio del diamante
Debe tenerse en cuenta que, como cualquier otro bien, el precio del diamante está muy influenciado por la oferta; es decir, la cantidad de piedras preciosas que hay en el mercado.
Los diamantes han gozado de una extraordinaria estabilidad de precios debido a que los productores reducen drásticamente la producción cuando la demanda escasea. DeBeers –el mayor fabricante y comercializador de diamantes del mundo- se ocupa de limitar la oferta de diamantes y fue el responsable, allá por el año 1938 de que está piedra preciosa fuera ligada con la idea del compromiso de pareja y las peticiones de mano.
Es cierto que los diamantes cuentan con una notable demanda por parte de la industria (de hecho, sólo el 20% de los diamantes extraídos se destinan a joyería) y las reservas mundiales poco a poco se están agotando. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que su precio ha sido y sigue siendo objeto de manipulación.
- Compras online
Aunque la práctica totalidad de casas de diamantes respetables cuentan con presencia online, el proceso de compra siempre debería realizarse en persona y con la intermediación de un experto. De lo contrario, podemos ser víctimas de la venta de diamantes sintéticos o diamantes falsos por el precio de verdaderos brillantes.
Como ves, Invertir en diamantes es una alternativa interesante para todo aquel que desee diversificar su cartera y reducir el riesgo.
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